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Pero como no hay que dormirse en los laureles, se anuncia ya la nueva producción que ocupará la cartelera del Apolo a partir de octubre.
A Gracia, Imperio, la “supervedette de los ojos agarenos” se le hubieran puesto los pelos como escarpias de haber sabido que en el mismo teatro en el que ella capitaneaba “las alegres chicas de Colsada” se iba a transformar en uno de los primeros coliseos musicales de la ciudad, sino de España. En efecto, recuperado el teatro Apolo del Paralelo de un incierto futuro a causa de la inexistencia de disposiciones testamentarias por parte de longevo empresario que lo gestionó durante medio siglo, todo invitaba a pensar que pudiera estar condenado a otras funciones hasta que apareció Enrique Salaberría, presidente Smedia y no solo lo salvó, sino que lo ha posicionado en una primera posición. “Hemos querido poner en valor un espacio escénico desde hace tres años y creo que lo hemos conseguido” dijo, y buen prueba de ello han sido producciones como “Antoine”, “Fama” o “¿Quién mató a Shelock Holmes?”, así como en esta última temporada “Pretty woman”.
Pero como no hay que dormirse en los laureles, se anuncia ya la nueva producción que ocupará la cartelera del Apolo a partir de octubre. Será la versión en teatro musical “El tiempo entre costuras”, una novela de María Dueñas sobre Madrid, la ciudad internacional de Tánger y el protectorado español en Marruecos durante la guerra civil. El proyecto lo ha presentado en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona la propia autora del libro, acompañada del compositor Iván Macías, el productor del musical Darío Regattieri, los dos protagonistas, Alba Cuartero y Jan Forrellat y el ya citado Salaberría.
El lugar de la presentación no había sido escogido de forma gratuita. Como quienes hayan leído la novela saben, la trama narrativa gira en torno a la actividad de una modista en la zona norte de Marruecos en aquellos asendereados años y de ahí que el encuentro haya discurrido entre maniquíes y patrones. Y es que el vestuario tiene, en esta obra, un papel fundamental puesto que, como comentó Dueñas, se hacen 280 cambios de vestuario, a veces en menos de un minuto, lo que obliga a los intérpretes a un esforzado fregolismo. “Se ha buscado -añadió- no solo la fidelidad de los trajes y demás elementos del vestuario con la época, sino que incluso se han conseguido piezas originales, como algunos uniformes españoles y alemanes”.
“El tiempo entre costuras” incluye veintidós canciones, que son, en general, expresión también de ese tiempo, aunque con un tratamiento muy actual. En todo caso, música y texto (con libreto de Félix Amador) no tienen solución de continuidad porque ambos elementos dramáticos están perfectamente ensamblados entre sí. Con algunas piezas particularmente significativas entre las que Dueñas recordó un tanguillo del carnaval gaditano que el público recibe siempre con entusiasmo. O el dúo entre Sira (Cuartero) y Marcus (Forrellat) que interpretaron en la presentación.
Salaberría comentó finalmente su admiración por la fuerza creativa y el fuerte enraizamiento teatral del Paralelo barcelonés. Con seguridad que “El tiempo entre costuras” confirmará esta optimista y esperanzadora visión del empresario del Apolo.
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