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España es el país más proteccionista de la Unión Europea con los desempleados y pensionistas.
Por bien que en los últimos años la agenda mediática del país ha estado marcada por las demandas de los pensionistas y las tasas de desempleo, los datos que comparan el mercado laboral español con el resto de Europa confirman que el sistema público de España es demasiado generoso con las personas que pierden su puesto de trabajo y con los pensionistas. El informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se realizó a principios de siglo, destacó que España estaba a la cabeza de un grupo de paises, liderados por Alemania, Luxemburgo, Suecia, Holanda y Noruega, con un sitema de protección más elevado. En el otro extremo de la balanza aparecían paises como Estados Unidos -referencia del capitalismo y el individualismo mundial-, Canadá, Reino Unido o Nueva Zelanda. Más de veinte años después, la OCDE insiste en el mismo planteamiento: en España hay una falta de incentivos que favorezcan a la búsqueda de un puesto de trabajo y la aceptación de un empleo.
Los anglosaxones utilizan un término acuñado como Unemployment Trap para referirse a lo que se traduciría en castellano como la 'Trampa de la Pobreza'. Esta teoría de orígen británico afirmna que los sistemas tributarios y del bienestar pueden contribuir a mantener a las personas de un país en un 'seguro social' porque el ingreso a un trabajo mal remunerado hace que no haya ninguna mejora significativa de los ingresos. Lo que viene a decir que los trabajadores no quieren encontrar un nuevo empleo porque el coste de conseguir un mejor trabajo es demasiado alto para un retorno financiero muy pequeño. Por lo que se incita al trabajador a no buscar un mejor trabajo. En la práctica, un parado español tan solo ganaría, de media, un 18% más de lo que percibe cobrando la prestación por desempleo. ¿Quién querría tener que trabajar si la recompensa por tener que levantarse del sofá son 100€? La media de la Unión Europea es del 22%, lo que se puede traducir como pràcticamente un cuarto del total.
Segun los últimos datos emitidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), la Tasa de Cobertura (que es el porcentaje de personas que estando en situación de desempleo recibe algún tipo de prestación económica) aumentó el pasado año hasta el 64,77%. Es decir, de los 2.837.653 desempleados inscritos en los registros del Ministerio de Trabajo, 1.838.199 eran beneficiarios de algún tipo de prestación económica. Tal y como ha avanzado Vozpopúli, el análisis pormenorizado de los datos muestra importantes diferencias entre estar parado en una comunidad autónoma o en otra. En 2022, el 42,6% de los desempleados de España cobraba una prestación contributiva; el 39,38%, el subsidio de desempleo; un 5,34%, la renta activa de inserción (prestación de carácter no contributivo destinada a parados que no perciben otras ayudas y que acrediten especiales dificultades para reincorporarse al mercado laboral); un 4,11% la renta agraria y un 4,69%, el subsidio agrario.
DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
Extremadura es, con una diferencia abrumadora, la comunidad autónoma con un sistema más proteccionista. El 92% de los desempleados recibe algun tipo de prestación económica. De las 82.534 personas inscritas en el SEPE al finalizar el pasado año, 75.838 percibían algun tipo de ayuda, que representa un 91,9% de la población extremeña y muy por encima de la media nacional.
Le sigue Andalucía, donde la proporción baja hasta el 69,8%, casi 23 puntos porcentuales menos. Asimismo, cabe recalcar que ambas regiones tienen el privilegio exclusivo de percibir la renta agraria y el subsidio agrario. La renta y el subsidio agrario están dirigidas a trabajadores eventuales incluidos en el Sistema Especial para Trabajadores por Cuenta Ajena agrarios residentes en las comunidades de Andalucía y Extremadura.
En el extremo opuesto de la balanza se encuentra el País Vasco, donde tan solo el 45% de sus parados percibe algún tipo de prestación económica. Le siguen de cerca, las Canarias, con un 50,6% y Asturias, donde el dato sube hasta el 53,6%.
EL EXCEPCIONAL CASO BALEAR
En las Islas Baleares se produce un fenómeno muy curioso ya que hay más cantidad de gente que percibe prestaciones que desempleadas. Se estima en 79.621 la cifra de perceptores, mientras que tan solo hay inscritos en la lista del SEPE 35.851. Lo que supone que hay 2,2 perceptores de ayudas por cada parado, un caso totalmente insólito.
Sin embargo, no es que en las islas haya gente esté cobrando por partida doble o que esté estafando a la banca pública cobrando una ayuda económica mientras trabaja. Debido a su particular economía, vinculada fortísimamente al turismo veraniego, la mayoría de los contratos que se firman en la comunidad son de carácter temporal y bajo la modalidad de fijos discontinuos, ya que fuera de la temporada estival dejan de trabajar. Es por ello que no figuran en las listas del SEPE como parados sino como demandantes de empleo con relación laboral. Esta singularidad no les impide cobrar el desempleo siempre y cuando hayan cotizado un mínimo de 360 días en los últimos seis años.
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