Tras prescindir de ocho trabajadores, la dirección esgrime una caída de visitantes desde 2011, un déficit acumulado y el desinterés por las exposiciones itinerantes de Miró.
"Durante más de 40 años y hasta este momento, la fundación ha gestionado situaciones adversas sin tener que reducir el número de trabajadores que conformaban su plantilla", ha argumentado el director de la entidad.