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Las células que matan el cáncer todavía están presentes 10 años después, y los resultados sugieren que la terapia es una cura para ciertos tipos de cáncer de la sangre.
Son muchas las investigaciones que se llevan realizando durante años para tratar de buscar un tratamiento que puedo hacer frente al cáncer o que, incluso, consiga curarlo. Una de las últimas terapias que se stán probando y que parece que están dando resultados es la realizada con células T. Este tipo de terapia funciona mediante la ingeniería genética de estas células de un individuo para reconocer y destruir las células cancerosas.
Las células T son un tipo de glóbulo blanco que puede reconocer y destruir células extrañas, incluidas las células cancerosas, pero debido a que el cáncer es muy bueno para evadir la detección inmunológica, a menudo no dan en el blanco. Las células T con CAR están diseñadas para mejorarlas en la detección de células cancerosas. Esta innovadora terapia “es una estrategia de inmunoterapia que combina también la terapia génica, en la que los linfocitos, que son las células del sistema inmune del propio paciente, se modifican en el laboratorio mediante tratamientos génicos para que expresen en su superficie un marcador que va a ir dirigido como un receptor. Como si fuera un imán que va a ir dirigido contra un antígeno que tenga la célula tumoral”, explica a El Confidencial la doctora Lucía López Corral, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca.
“Se trata de potenciar los linfocitos del propio paciente, enseñándoles en el laboratorio a pelear contra las células tumorales, convertirlos en ‘superlinfocitos’, armándolos para que luego, una vez se haga esta transformación en el laboratorio, los pueda volver a recibir –inyectados en vena–, vayan dirigidos contra las células tumorales y las eliminen”, detalla la especialista. En la práctica clínica actual, este método resulta muy eficaz para los cánceres de sangre como la leucemia, pero rara vez tiene éxito en el tratamiento de tumores sólidos. Una nueva investigación abre una puerta a poder tratar también estos últimos y así ampliar el catálogo de enfermedades que se pueden curar con CAR-T.
En el Reino Unido, la terapia ya está aprobada para su uso en niños y adultos jóvenes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) de células B y adultos con ciertos tipos de linfoma, ambos son cánceres de la sangre. En los ensayos, la terapia CAR-T ha tenido un éxito extraordinario, poniendo en remisión a pacientes a los que se les daba muy pocos meses de vida. Aún así, se deben estudiar los efectos a largo plazo.
Carl June, profesor de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, y sus compañeros informan en Nature cómo las células de dos de los primeros pacientes en ser tratados están funcionando 10 años después. Ambos pacientes padecían leucemia linfocítica crónica cuando recibieron la terapia CAR-T en 2010 y lograron una remisión completa a los meses de tratamiento, lo que significa que desaparecieron todos los signos y síntomas de su leucemia.
Investigadores de la Universidad de Stanford han desarrollado un método de administración que mejora el 'poder de ataque' de las células inmunitarias modificadas. Los investigadores juntan las células CAR-T y proteínas de señalización especializadas en un hidrogel, un gel lleno de agua que tiene características en común con los tejidos biológicos, e inyectan la sustancia junto a un tumor. Este líquido proporciona un entorno temporal dentro del cuerpo donde las células inmunitarias se multiplican y activan en preparación para combatir las células cancerosas, según un nuevo estudio que acaba de ser publicado en ‘Science Advances’. El gel actúa como un bolígrafo con fugas que bombea células CAR-T activadas para atacar continuamente al tumor a lo largo del tiempo.
Después de determinar la mejor fórmula de gel para administrar el mejor tratamiento de gel, el equipo de investigación puso a prueba su método en ratones con tumores.
Grosskopf descubrió que todos los animales inyectados con gel que contenía tanto células CAR-T como citocinas quedaron libres de cáncer después de 12 días. Los investigadores también intentaron administrar solo células CAR-T en el gel, pero los tumores desaparecieron más lentamente o no desaparecieron en absoluto en algunos ratones. Los tratamientos administrados a través de un goteo intravenoso o en solución salina en lugar de en gel fueron incluso menos efectivos en los tumores.
Además, el gel no indujo reacciones inflamatorias adversas en los ratones y se degradó por completo dentro del cuerpo en unas pocas semanas.El equipo también intentó inyectar el gel de tratamiento más lejos del tumor, en el lado opuesto del cuerpo del ratón al crecimiento canceroso. Para sorpresa de todos, todos los tumores de los animales desaparecieron, aunque tomó aproximadamente el doble de tiempo que cuando se agregó el tratamiento adyacente al tumor.
“Lo que estábamos evaluando son principalmente tumores que se pueden inyectar junto a ellos. Pero lamentablemente todavía no podemos llegar a todos los tejidos del cuerpo”, señala Appel. "Esta capacidad de inyectar lejos de los tumores realmente abre la puerta para posiblemente tratar cualquier cantidad de tumores sólidos", apostilla.
En general, esta investigación propone una forma simple y efectiva de mejorar un tratamiento prometedor contra el cáncer.
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