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La presidenta del Parlament, Laura Borràs, y el exconseller, Jordi Turull, han conseguido presentar una candidatura conjunta para liderar Junts, dando inicio a una revolución dentro del partido que podría acabar poniendo en riesgo la estabilidad del Govern de la Generalitat y de la Diputació de Barcelona. El tándem bicefálico está dibujando un Junts con un perfil asambleario, cercano a la CUP, donde las decisiones del partido serán sometidas, ratificadas y posteriormente monotorizadas por la militancia.
La presidenta del Parlament y candidata a presidir Junts, Laura Borràs, ha afirmado este miércoles que someterá a una votación de la militancia del partido el pacto de Govern con Esquerra Republicana, poniendo en riesgo la legislatura. "Lo que decida nuestra militancia siempre es vinculante", ha dicho Borràs. En una entrevista de TV3, ha asegurado que harán una evaluación seria y basada en evidencias del pacto que tienen con ERC para "contrastar qué es lo que se había acordado hacer y dónde estamos".
Además, Borràs ha cuestionado el pacto que Junts mantiene con el PSC en la Diputación de Barcelona, asegurando que ella no lo hubiera hecho nunca. La presidenta del Parlament ha sido más contundente contra los socialistas, afirmando que no confiará ni hablará con "la gente que nos espía", y por tanto también someterá a una auditoría el pacto de gobierno de la Diputación de Barcelona. Los resultados de esta serán entregados a la militancia, que decidirá a través de una votación si el pacto continúa.
Sin embargo, en el caso de la Diputación, el discurso de Borràs es casi estéril, ya que solo queda un año de legislatura - los órganos de Gobierno de la Diputación se renovarán con las elecciones municipales de mayo de 2023- y, por mucho que se empeñen los militantes de Junts, el PSC podrá agotarla sin tener que abandonar la presidencia, actualmente en poder de Núria Marín.
UN GOVERN EN CRISIS
Con estas declaraciones, la lideresa de Junts ha proyectado un futuro escenario donde la militancia de su partido será quien sustente la estabilidad de los pactos que logren tejer, y de los previamente cerrados. El Ejecutivo que han formado junto a Pere Aragonès para dirigir la Generalitat estará monitorizado periódicamente por los inscritos en Junts, poniendo en jaque la estabilidad de la coalición y el liderazgo de Aragonès.
La estrategia de Junts deja al president de la Generalitat contra las cuerdas cuando aún no se ha cumplido un año desde que fue investido. Quedan aún tres años largos para agotar la legislatura y los republicanos, de momento, los deberán caminar con un partido que les puede ofrecer la misma estabilidad Parlamentaria que la CUP.
SALVADOR ILLA MARCA LA SALIDA
Otro escenario probable es que la rebeldía de Junts acabe lanzando a ERC a los brazos de los socialistas de Salvador Illa, que les están esperando entusiasmados para entrar en el Govern y conseguir un equilibrio entre Madrid - Barcelona que garantice, a la vez, la estabilidad de la legislatura del Govern de Catalunya y del Gobierno central - a través del apoyo parlamentario de ERC-.
Esta situación también sería un sueño húmedo para los de Junts, que podrían señalar a los republicanos como los traidores a la causa independentista al pactar con el Gobierno español y de paso, arrebatarle un buen número de votantes independentistas a ERC.
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