Una vacuna experimental consigue buenos resultados contra el cáncer de páncreas
Las primeras pruebas se han hecho con 16 pacientes y los resultados son muy prometedores, ya que consiguieron activar el sistema inmunológico a la mitad de ellos durante los 18 meses de prueba
El cáncer de páncreas es uno de los más letales que existen. De hecho, el 88% de los pacientes acaban falleciendo pese a recibir todo tipo de tratamientos. Sin embargo, parece que hay una brecha de luz en este ámbito, ya que han desarrollado una vacuna contra este tipo de cáncer basada en ARN, la misma molécula que permitió precisamente crear la vacuna contra la Covid-19.
Las primeras pruebas se han hecho con 16 pacientes y los resultados son muy prometedores, ya que consiguieron activar el sistema inmunológico a la mitad de ellos durante los 18 meses de prueba, y ninguno experimentó una recaída. Por otro lado, todos los pacientes en los que la vacuna no generó una respuesta suficiente sufrieron recaídas.
Los resultados hasta el momento son preliminares pero significativos, ya que marcan un hito importante en un campo donde los tratamientos y la supervivencia de los pacientes apenas han mostrado avances en las últimas cuatro décadas.
El cáncer de páncreas es conocido como el "tumor frío" dentro del campo de la oncología. Esta denominación indica que el sistema inmunológico no puede detectarlo ni generar una respuesta inflamatoria, conocida como "calor", para combatirlo. Esta característica explica por qué la inmunoterapia, que ha sido el tratamiento oncológico más exitoso en los últimos años, no es efectiva en el caso del cáncer de páncreas.
Sin embargo, es sorprendente descubrir que los tumores en los supervivientes a largo plazo están "ardiendo" en términos de actividad inmunitaria. Estos tumores muestran hasta 12 veces más células inmunitarias en comparación con otros pacientes. Estas células inmunitarias son los linfocitos T asesinos, un tipo de glóbulo blanco con la capacidad de eliminar otras células. De alguna manera, los linfocitos T en los sobrevivientes han aprendido a reconocer los neoantígenos, que son proteínas anormales producidas por el tumor, y a destruirlo eficientemente.
Los resultados de la investigación se han publicado hoy en la prestigiosa revista científica Nature. En este ensayo clínico complejo, se requirió la fabricación de una vacuna personalizada para cada paciente. Después de extirpar los tumores del abdomen de los 16 participantes, los investigadores secuenciaron su genoma y identificaron hasta 20 neoantígenos. Posteriormente, se crearon vacunas de ARN que contenían las instrucciones necesarias para que cada paciente pudiera sintetizar en su propio organismo las moléculas específicas correspondientes a su tumor.
En esta etapa del ensayo, a los pacientes se les administró atezolizumab, un fármaco de inmunoterapia, seguido de una dosis de la vacuna personalizada y, por último, mFolfirinox, un tipo de quimioterapia. Posteriormente, se administró una dosis de refuerzo. Además de los resultados positivos observados en el 50% de los pacientes mencionados anteriormente, los investigadores notaron un aumento en la cantidad de linfocitos asesinos en sus organismos, lo cual podría estar relacionado con la ausencia de recaídas. Balachandran explica que esperan iniciar pronto, en colaboración con BionTech, la segunda fase de pruebas que será más detallada y contará con un mayor número de pacientes, lo cual es fundamental para determinar la efectividad real de la vacuna.
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