“El viento es salvaje”, una divertida comedia sobre la suerte con aires de chirigota (Condal)
Las cuatro intérpretes, Alejandra López, Teresa Quintero, y Rocío Segovia, además de la propia autor y directora, desarrollan un ejercicio actoral pleno de dinamismo que les obliga a intercambiar sus papeles y a alternar el texto con las canciones
Cádiz es una ciudad famosa por muchas e importantes razones pero son duda una de ellas es la forma en que celebran sus fiestas de Carnaval. Un evento sumamente participativo que sirve para que todo el que quiera se disfrace, se integre y participe en diversos grupos corales y ponga en solfa comunitariamente personajes y situaciones de actualidad. Es la epopeya de la crítica contemplada desde una perspectiva lúdica, desenfadada y desinhibida. Esta quizá sería la clave del trabajo creativo de Las Niñas de Cádiz, un grupo teatral formado por cuatro mujeres que ha montado ya tres espectáculos y llega por fin a Barcelona, concretamente al teatro Condal, con “El viento es salvaje. Fedra y Medea en Cádiz”.
Ana López Segovia, autora del texto y directora de su puesta en escena, dice que “es una reflexión, lúdica y “jonda” a la vez, sobre la suerte. Sobre los celos y la culpa, pasiones y amores prohibidos. Muchos de los grandes temas de la tragedia están presentes en nuestra obra: el enfrentamiento del ser humano con la divinidad, en un pulso que sólo puede conducir a la destrucción de los seres más queridos por haber osado cuestionar a los dioses; el destino inevitable de las heroínas, arrastradas por pasiones que siempre vencen a cualquier razonamiento; el mensajero que trae sólo noticias infaustas; la voz del pueblo, que observa expectante, y que comenta en voz alta el descalabro de las dos amigas, la destrucción de dos vidas que parecían sólo una”.
Bien, nadie mejor que ella para explicar esta función en la que, en efecto, se plantea por encima de todo y dicho en román paladino algo tan evidente como que la volatilidad de la suerte o la desgracia, que son factores cambiantes y tornadizos, de modo que quien le sonríe la fortuna, o quien padece el infortunio pueden en un momento determinado de su existencia constatar cómo cambian las tornas y su itinerario vital varía copernicanamente de signo. Esto, que suena como algo muy solemne y pudiera haber dado lugar a una tragedia griega, López Segovia lo ha convertido en una divertida farsa con texto en verso deliberada y divertidamente ripioso.
Las cuatro intérpretes, Alejandra López, Teresa Quintero, y Rocío Segovia, además de la propia autor y directora, desarrollan un ejercicio actoral pleno de dinamismo que les obliga a intercambiar sus papeles y a alternar el texto con las canciones sin dejar de desplazarse a un lado y otro del escenario -y el del Condal es particularmente espacioso para cuatro actrices- con parvos elementos decorativos: unos taburetes, un par de galanes de noche y alguna cosa más, que cambian de lugar y se transforman continuamente.
“El viento es salvaje” es un espectáculo divertido, de ritmo trepidante, en el que La Niñas de Cádiz lucen su pleno dominio de la escena y su capacidad de conectar con un público que contempla extasiado el desarrollo de la función y aplaude con entusiasmo y sin reticencia alguna al final. ¿Cómo es que han tardado tanto en venir por Barcelona? Y ahora, que lo hacen ¿por qué están tan solo unos pocos días? Por favor, que regresen pronto…
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