El PKK se disuelve y pone fin a su guerra contra Turquía tras 40 años

Abdullah Öcalan, su fundador, habría instado a sus seguidores a abandonar la vía armada en favor de un proceso político

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Una celebración del PKK en 2019. Foto: Europa Press

 

El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado durante décadas como una de las organizaciones armadas más activas de Oriente Medio, ha anunciado su disolución y el cese definitivo de su lucha armada contra el Estado turco. La decisión, de enorme relevancia política y simbólica, fue adoptada durante su 12º congreso, celebrado entre los días 5 y 7 de mayo en dos ubicaciones distintas, según confirmó la agencia de noticias kurda Firat, cercana al movimiento.

La resolución supone un giro trascendental en la trayectoria del grupo fundado en 1978 por Abdullah Öcalan, quien permanece encarcelado desde 1999 en Turquía. El propio Öcalan, desde su celda en la isla de Imrali, habría instado a sus seguidores a abandonar la vía armada en favor de un proceso político, en lo que muchos interpretan como un gesto hacia la reconciliación y la paz.

Según el comunicado oficial, el PKK ha acordado "disolver su estructura organizativa" y "poner fin a todas las actividades llevadas a cabo en su nombre", un paso que podría allanar el camino para una reactivación del proceso de paz con Ankara, interrumpido en 2015 tras años de diálogo intermitente. El congreso contó con la participación de delegados que representaban a todas las ramas del partido, lo que da al anuncio un carácter ampliamente consensuado dentro de la organización.

Este anuncio llega en un momento de creciente presión internacional y regional para encontrar una solución pacífica al conflicto kurdo, que ha costado más de 40.000 vidas desde que el PKK inició su lucha armada en 1984. A pesar de haber sido catalogado como grupo terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, el PKK ha contado con una base significativa de apoyo en varias zonas del Kurdistán histórico, especialmente en el sureste de Turquía.

Todavía se desconoce cómo se implementará esta decisión en el terreno y qué implicaciones tendrá para las ramas políticas y milicianas asociadas al PKK en Siria, Irak e Irán. Sin embargo, analistas coinciden en que se trata del mayor gesto de distensión realizado por la organización en décadas, y una oportunidad crítica para avanzar hacia una solución política al conflicto kurdo-turco.

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