Huida hacia adelante de Aragonès por los malos resultados de ERC y la amenaza de la derecha en Moncloa

ERC entierra la mesa de diálogo y propone un nuevo frente independentista

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Comparecencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este martes desde el Palau de la Generalitat.

 

El proyecto de Pere Aragonès y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para esta legislatura, impulsando un diálogo con el Ejecutivo central para conseguir un referéndum pactado siguiendo la 'vía Quebec' ha naufragado estrepitosamente. Los republicanos se han estrellado en estas municipales, cayendo en más de 6 puntos porcentuales respecto a las elecciones de 2019 y perdiendo votantes que se han ido hacia Junts y el PSC. ERC ha pasado de ser la fuerza política más votada en 2019 a caer hacia la tercera posición con un 17,31% de los votos, por detrás del PSC (23,72%) y Junts (18,38%). 

 

Comparecencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este martes desde el Palau de la Generalitat.
Comparecencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este martes desde el Palau de la Generalitat

 

Por otro lado, su principal interlocutor, los socialistas, han salido beneficiados de esta estrategia de pactismo en Catalunya, colocándose como primera fuerza. Pero no han tenido la misma suerte en España, donde se han estrellado perdiendo muchas alcaldías importantes. El Partido Popular ha sabido canalizar el recelo de la población con el acercamiento de Pedro Sánchez hacia los grupos independentistas catalanes y vascos. Ahora, los dos propulsores de la mesa de diálogo están heridos de muerte, y saben que no pueden seguir por la misma vía si quieren prosperar electoralmente. 

 

Posiblemente por este motivo estemos viendo una separación entre los republicanos y los socialistas en Catalunya. El líder de ERC en Barcelona, Ernest Maragall, ha descartado reeditar un pacto progresista con BComú y el PSC en Barcelona, reuniéndose primero con el líder de Junts, Xavier Trias, que parece que tiene todas las papeletas para convertirse en el alcalde de la capital catalana. A la vez, el presidente Aragonès ha realizado una comparecencia este martes pidiendo "impulsar un frente democrático" en Catalunya ante un hipotético gobierno conformado por PP y Vox tras las elecciones generales del 23 de julio. Un frente democrático para combartir a la derecha que incluya a soberanistas e independentistas, invitando a los Comuns pero, en ningún caso, al PSC. 

 

UNA VÍA MUERTA 

 

Aragonès ha entendido que su partido no va a prosperar más por la vía del diálogo: su principal interlocutor en el Gobierno central se hunde en el resto del país con cada concesión que hace en Catalunya, y ellos pierden votos en Catalunya a favor de su principal interlocutor y de Junts, que apuesta por la vía dura del independentismo. Por ello, ha iniciado una nueva estrategia para salvar los muebles, renunciando al diálogo con el PSC para dejar de perder votos y tratando de liderar un nuevo frente independentista contra una alianza entre el PP y Vox en Moncloa que, aunque aún es hipotética, es bastante verosímil, y puede convertirse en realidad a partir del próximo 23 de julio. 

 

El nuevo rumbo que parece que está marcando Aragonès para ERC se basará en aglutinar el voto independentista y, por tanto, se esperaría que los republicanos empiecen a usar un tono más duro contra Madrid. Solo asi pueden desactivar a Junts y no perder el liderazgo del sector independentista. En el Parlament ERC volvería a buscar el apoyo de los de Borràs y Turull para tener fuerza ante un ejecutivo central de derechas, sin necesitar al PSC. Una estrategia que puede cuajar si Pedro Sánchez pierde las próximas generales - algo que podría ocurrir- y si Junts mantuviese cierta lealtad hacia los republicanos - un hecho totalmente imposible-. 

 

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