“Ben plantats”, una comedia sobre la complejidad de la relación de pareja

Una comedia divertida pero no exenta de dramatismo sobre la relación entre un floricultor y su joven amante (Versus Glòries)

|
Teatro.Versus Glòries.Ben plantats
'Ben plantats'

 

La relación de pareja es un tema recurrente, universal, intemporal y capaz de infinitos tratamientos que en versión teatral pueden ir desde el sainete a la tragedia. Pero quizá el término medio y donde encuentra mejor acomodo es en la comedia porque es un género que permite articular el relato dramático con gran libertad. Joaquín Arias sitúa su propuesta en “Ben plantats” (Versus Glòries) en la relación existente entre dos hombres de diferente edad:  uno, en avanzada cuarentena; el otro, recién iniciado en la edad adulta, es decir, en la tercera década de la vida, cuando empieza a acuciar la urgencia por consolidar una adecuada situación no solo personal, sino también profesional. Aquél, floricultor y bloguero, protagonista de un espacio de difusión por la red con 30.000 seguidores o “maryflowers”; éste, bailarín de danza contemporánea.

Con estos mimbres el autor desarrolla el relato teatral poniendo el acento en varios elementos susceptibles de crear conflicto. Por una parte, la diferencia de edad, un factor que con el paso del tiempo trastoca la estabilidad de la relación cuando el hombre maduro constata que su novio puede utilizar el atractivo propio de la juventud como herramienta para la realización de sus aspiraciones profesionales, aunque ello suponga una vía evidente a la infidelidad. Por otra, el sentido posesivo de toda relación que adquiere particular dramatismo cuando el adulto trata de evitar la pérdida del muchacho con una forzada inmovilización que trastoca completamente la situación. Algo que conducirá inevitablemente a un final si bien dramático, no excesivamente definido. Porque desenvolverse en las lides del amor no es como hacerlo con las plantas, que aceptan silenciosas la voluntad de su amo.

Óscar Jarque asume el rol de su función de bloguero con un sentido irónico y no exento de humor, mientras que Roger Vilà encarna con propiedad la desenvoltura propia del muchacho recién salido de la adolescencia y seguro de su atractivo físico que corre parejo, sin embargo, con la incertidumbre de un futuro profesional lleno de interrogantes. Papel que para mayor convicción de su rol acompaña con algunos pases de baile, por cierto, coreografiados por el propio autor y muy correctamente ejecutados.

“Ben plantats” es un relato lineal, tan posiblemente real como millones de relaciones análogas, que Anna Serrablo ha dirigido con plena solvencia. A todo ello cabe añadir una cuidada escenografía floral que ambienta muy acertadamente la globalidad del espacio escénico.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA