La alta rotación de educadores y los sueldos bajos ponen en jaque a los centros de menores

CGT critica el "pequeño monopolio" por la concentración de centros en pocas manos

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Archivo - Fachada de la sede de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), a 12 de marzo de 2025, en Barcelona, Catalunya (España).
Fachada de la sede de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), a 12 de marzo de 2025, en Barcelona, Catalunya (España).- David Zorrakino - Europa Press

 

El Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de Catalunya (Ceesc) ha reclamado este domingo un incremento urgente de recursos para los centros residenciales de menores tutelados en Catalunya, señalando una situación “sobresaturada desde hace años”. Esta demanda se inscribe dentro del proceso de transformación que impulsa la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (Dgaia) de la Generalitat.

Albert Font-Tarrés, vicepresidente de la junta del Ceesc, ha subrayado que la sobrecarga estructural de los servicios y la precarización de las condiciones laborales están generando una alta rotación de profesionales, lo que impacta directamente en el bienestar de los menores.

Externalizaciones bajo la lupa

Tanto el Ceesc como fuentes del Sector Social de la CGT han alertado sobre las consecuencias de las externalizaciones sistemáticas en la atención a menores tutelados. En opinión del sindicato, existe un “pequeño monopolio” donde la mayoría de los centros están en manos de unas pocas entidades privadas, lo que dificulta la fiscalización, reduce la transparencia y limita la capacidad de denunciar irregularidades.

“Cuando el Estado asume la tutela de un menor, debería invertir los mejores recursos”, denuncia Font-Tarrés. Sin embargo, sostiene que se opta por fórmulas “baratas” que degradan la calidad del servicio y precarizan al conjunto del sector.

Vínculo emocional y alta rotación: una combinación letal

La inestabilidad laboral afecta directamente al desarrollo emocional de los menores. La alta rotación de profesionales impide crear vínculos sólidos y referentes adultos estables, elementos esenciales para la recuperación de niños y adolescentes con experiencias traumáticas. Según CGT, esta situación genera un “sentimiento de pérdida constante” que dificulta incluso detectar y prevenir casos de abuso.

“Si cada pocos meses cambia la persona que les cuida, no explicarán sus traumas ni confiarán en nadie”, alertan desde el sindicato.

Condiciones laborales inasumibles

Un informe del Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya (Tscat) publicado en abril respalda estas denuncias. El estudio revela que un 52,3% de los trabajadores sociales abandona el sector por salarios bajos, cargas de trabajo excesivas y falta de recursos para afrontarlas. El informe reclama mejoras urgentes en los convenios laborales, así como formación en gestión emocional y prevención del estrés.

Font-Tarrés también denuncia la presencia de profesionales sin la titulación universitaria requerida en algunos centros, no por falta de graduados, sino por las pésimas condiciones laborales que alejan a los titulados.

Desde CGT añaden que las diferencias salariales entre el sector público y el privado pueden alcanzar hasta 700 euros netos al mes, perpetuando la fuga de talento y agravando la rotación.

Exigen diálogo real con los profesionales

Otro de los puntos críticos es la falta de participación del personal en la toma de decisiones. El sindicato lamenta que la Dgaia se haya reunido con las cúpulas del tercer sector antes de presentar la reforma de atención a la infancia este lunes, sin contar con los profesionales que trabajan directamente con los menores. Denuncian que las reformas se anuncian, “de forma reactiva”, tras escándalos o presión mediática.

Una política que responde más a la opinión pública que a las necesidades reales

El Ceesc y CGT coinciden en reclamar una acción coordinada de todos los departamentos de la Generalitat, que evite la creación de dispositivos improvisados o guiados por modas. La atención a la infancia debe ser una responsabilidad transversal y no un parche.

“La intervención preventiva y en atención primaria es mucho más económica que intervenir cuando un menor ya ha ingresado en un centro residencial”, concluyen desde CGT, reclamando una estrategia seria, humana y a largo plazo para proteger de verdad a los menores más vulnerables de Catalunya.

 

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