Condenan a Deliveroo porque los 'riders' son falsos autónomos
La juez considera probada la dependencia de los repartidores con la empresa ya que era ésta la que decidía en qué horario iba a trabajar el repartidor.
Repartidor, 'rider', de la empresa Deliveroo.
Un juzgado de Valencia ha fallado que los trabajadores de la empresa de reparto de comida a domicilio Deliveroo no trabajan por cuenta propia a pesar de que pongan su vehículo y móvil propio para su cometido sino que mantienen una relación laboral con la compañía.
Así lo señala en una resolución en la que considera "improcedente" el despido de uno de sus 'riders' -repartidore-, y obliga a readmitirlos en las mismas condiciones que antes del despido o abonarles una indemnización de 705,13 euros.
La magistrada del juzgado considera de esta forma probada la existencia de una relación laboral entre el repartidor con la empresa ya que en la prestación de este servicio se cumplen las características exigibles de "ajeneidad y dependencia" que marcan los trabajos por cuenta ajena.
LA EMPRESA NEGABA RELACIÓN LABORAL
La empresa alegó que con el trabajador mantenía una relación de naturaleza civil/mercantil pero no laboral. Al respecto, señala que en el contrato de prestación de servicios que firmaron en octubre de 2016, se refleja que trabajaba por "cuenta propia" y que el objeto del contrato y los servicios tendrán "naturaleza mercantil".
Por ello, establecía el proveedor actuará "en todo momento como contratista independiente y no será considerado ni se presentará como agente, empleado, o socio de la empresa". Además, exige a los repartidores disponer de vehículo propio para sus desplazamientos.
Sin embargo, la juez considera probado la dependencia de los 'riders' con la empresa ya que era Deliveroo la que decidía en qué horario iba a trabajar el repartidor cada semana, daba instrucciones "concretas" sobre cómo tenía que realizarse y tenía en todo momento geolocalizado al trabajador.
Asimismo, el trabajador "carecía de libertad dentro de su horario para rechazar pedidos". De hecho, la empresa precisamente alegó el rechazo de ofertas y la falta de disponibilidad reiterados como causa de extinción de la relación.
Del mismo modo, se considerada probado que un repartidor debía comunicar 15 días antes a la empresa que se quería marchar, y que aunque aportara su bicicleta y teléfono móvil "carecía de organización empresarial" siendo Deliveroo la que organizaba la actividad.
Respecto a la exigencia de ajeneidad, la juez apunta que es la empresa la que decidía el precio de los servicios realizados por el trabajador, que este percibía con independencia del cobro por parte de la empresa y que los 'riders' "no participaban en modo alguno de los beneficios que en su caso" obtuviera Deliveroo.
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