Sitges ofrece durante el verano “Equality”, un espectáculo de circo acrobático
Albadalejo, que ya había traído a esta compañía a Barcelona en algún verano anterior, decidió apoyarle en esta su nueva reaparición, ahora en Sitges, facilitando, como explicó luego su director, Stephane Haffner, el complejo entramado luminotécnico.
En un verano atípico y, si mucho se nos apura, triste, porque las condiciones de la pospandemia y el obligado y necesario cumplimiento de las medidas de prevención impuestas por las autoridades han condicionado severamente el desarrollo de toda suerte de actividades culturales, resulta gratificante comprobar que hay quienes ponen en juego el ingenio para hacer posible que el espectáculo pueda proseguir, aún con todas las limitaciones imaginables. Y de este modo constituye una esperanzadora muestra la residencia durante este verano en Sitges de la compañía francesa Les Farfadais con un show de circo acrobático titulado “Equality”.
Nada más llegar al campo de deportes de los Escolapios suburenses nos encontramos con Toni Albadalejo, de Anexa, y le preguntamos por la razón de su presencia. “He venido a ayudar”. Albadalejo, que ya había traído a esta compañía a Barcelona en algún verano anterior, decidió apoyarle en esta su nueva reaparición, ahora en Sitges, facilitando, como explicó luego su director, Stephane Haffner, el complejo entramado luminotécnico.
El montaje del espectáculo, que se ha instalado en la trasera del colegio, es muy sencillo: la indispensable tarima en función de escenario, un hinchable de los que solemos ver en los parques de ocio infantiles y, además de las ya citadas e imprescindibles luces, el elemento esencial: una estructura metálica de la que pendían los elementos necesarios para el desarrollo de las acrobacias. Con estos sencillos elementos y unas sillas colocadas a la distancia ordenada en lo que pudiéramos denomina el patio de butacas, hubo suficiente.
Porque lo importante no era la escenografía, sino el espectáculo desarrollado a lo largo de 45 minutos por cinco acróbatas, cuatro de ellos hombre y una mujer, de cualidades atléticas sobresalientes, que ejecutaron un abanico de números en los que emplearon cintas, poleas, ruedas y demás artilugios necesarios para demostrar sus capacidades como gimnastas, antipodistas, equilibristas, volatineros e incluso bailarines. El juego de luces y unos efectos de humo, en nuestro modesto criterio quizá excesivo en algún momento, porque dificultaban la visión de los ejercicios, subrayaban el desarrollo de cada actuación, que en unos casos era individuales, en otros en pareja y también de conjunto. También resultó sobresaliente el vestuario, apropiado, claro, para las acrobacias, pero a la vez imaginativo, colorido, sugerente, incluso provocador.
La irreprochable perfección técnica acreditó una larga y continua preparación de estos artistas, que no es en modo alguno un mero ejercicio frío de su dominio del cuerpo y del movimiento, sino que lleva implícito un mensaje que trata de aplicar, también en el circo, la inclusión, si se quiere subliminal, pero estrictamente necesaria y absolutamente legítima, del homoerotismo. Porque si bajo la carpa de un circo nos asombra y deleita la pareja hetero evolucionando en el aire mientras ejecuta el clásico número de los lienzos que separan y enlazan alternativamente los cuerpos ¿por qué razón no pueden hacerlo también dos hombres y, al terminar y regresar al suelo, expresar con la mirada el gesto de la complicidad existente entre ambos? En fin, como confesaba Haffner, “«Equality» es la función que hubiera querido ver cuando era niño, cuando me veía diferente a todos”.
Hay que decir que “Equality” se publicita, además, como “el circo para todos” y nos parece un propósito muy plausible. Cierto que serán posiblemente los adultos quienes serán capaces de disfrutar más intensamente con la exquisitez de las actuaciones y de admirar el riesgo que comportan los ejercicios acrobáticos, pero los niños también les sorprenderán sin duda las cualidades atléticas de los artistas y les divertirán mucho algunos números particularmente espectaculares, como el desfile del dragón (que nos recordó a las imágenes que nos llegan sobre las fiestas chinas) o del insuperable final de la bañera que es, además de técnicamente complejísimo, absolutamente divertido e hilarante. Un verdadero hallazgo.
“Equality” estará en cartel en el campo de deportes de las Escuelas Pías de Sitges (San Isidro, 20) de jueves a domingo a las 21’30 y hasta el 30 de agosto.
Más información en https://vimeo.com/433706479, equality.placeminute.com, farfadais.com
Escribe tu comentario