Cuando alguien se encuentra con un gran tiburón blanco en el mar lo primero que suele sentir es miedo. No es el caso de un surfero australiano que se encontraba practicando su deporte favorito con su esposa cuando un gran blanco la atacó.
La mujer recibió dos mordiscos del tiburón en una de sus piernas, de unos tres metros de largo según los testigos. Lejos de amilanarse, el surfista empezó a golpear al tiburón hasta que logró que soltará la pierna de su esposa.
Una vez logró hacer huir al escualo, llevó a su mujer hasta la orilla, donde fue atendida por los servicios médicos que la trasladaron en helicóptero a un centro hospitalario.
Escribe tu comentario