La herencia de Pierre Cardin

Murió el único  miembro superviviente de una época dorada en la que Chanel, Patou o Fath eran los amos del diseño

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 Pierre Cardin   se trasladó desde Treviso (Venecia) a París en 1945 y empezó a trabajar con los más grandes,  Schiaparelli, Paquin o Dior, que acababa de abrir su primera boutique porque la casa Balenciaga le cerró sus puertas.


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Megalómano, trabajador incansable, visionario, charlatán, con ademanes adorables, educado y casi siempre luciendo calcetines chillones como si fuera un jovencito, no tardó en abrirse un camino dorado y duradero. Sus diseños futuristas, la creación de su famoso vestido burbuja en 1950, la democratización de la moda al crear la primera colección prêt-à-porter y, pionero en la venta de licencias con su nombre para fabricar productos tan cotidianos como colchones, sartenes, mecheros o bolígrafos le convirtieron en supermillonario.


Cardin siempre tuvo clara su vocación y, sin dudarlo, emigró muy joven a París, donde crearía un imperio y desarrollaría una de las carreras más longevas y exitosas de la alta costura francesa.

Ambicioso y muy trabajador, despuntó al lado de otro grande como Christian Dior y, reinventando el concepto de la moda femenina, pronto creó sus primeras boutiques y, al lado de Paco Rabanne y André Courrèges, revolucionaría la industria de la moda de posguerra en el país galo con sus propuestas futuristas, su atrevimiento, su originalidad y su inmenso talento, que pronto le granjearon un enorme éxito.


Pionero al crear su propia marca y montar un imperio de la nada, Cardin no dudó en vender sus espectaculares diseños en los grandes almacenes de la época, "democratizando" la alta costura francesa y desarrollando un innato talento para los negocios, puesto que amasó una fortuna de varios cientos de millones de euros creando franquicias en diferentes países y poniendo todo tipo de prendas y complementos con su nombre al alcance de las masas.


En cuanto a su vida privada, el modisto mantuvo una relación de cuatro años con la actriz Jeanne Moureau, aunque finalmente decidió aceptar su homosexualidad y decidió ser consecuente con su opción sexual y vivir libremente el resto de su longeva vida. Culto, sibarita y cosmopolita, el diseñador también fue un reputado hombre de cultura y académico de Bellas Artes en París. Hoy, con su fallecimiento, el mundo de la moda llora amargamente y se viste de luto, porque con Pierre Cardin se va uno de los últimos revolucionarios y uno de los grandes creadores de la alta costura francesa.



 ¿Quién se quedará con su vasta fortuna? 


Todo apunta a que el afortunado será su sobrino, el arquitecto, Rodrigo Basilicati, que acudió junto al diseñador en su última visita a España en enero de 2017 para presentar su obra teatral. La belleza no tiene piedad en el Teatre Nacional de Catalunya en Barcelona.


Entre sus increíbles propiedades destacan la mansión futurista Palais Bulles en la Riviera Francesa que estuvo en venta por 350 millones de euros (1.200 metros cuadrados, anfiteatro para 500 personas, piscinas, jardines, 10 suites, vistas increíbles a la Costa Azul); el castillo del marqués de Sade en Lacoste en el sur de Francia donde se hacen recitales de danza y música; el palazzo Bragadin en Venecia, decorado con obras maestras de Pietro Longhi, el gran maestro de la alta sociedad del siglo XVIII.


En el mundo del ocio poseía  la cadena de restaurantes y hoteles Maxim's, por la que llegó a recibir en 2016 una oferta de compra de 2.500 millones de euros.  Odiaba el lujo y consideraba que la moda se había abaratado.

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