Eréndira Guerrero es una costurera mexicana de 55 años. Con la llegada del Covid-19, decidió empezar a coser mascarillas para que sus vecinos pudiesen protegerse. Sin embargo, su modelo de negocio pronto cambió, y se pasó a confeccionar osos de peluche hechos con prendas de personas fallecidas con Covid-19. ¿El motivo? Ayudar a los familiares a superar el duelo.
"Mi interés es poder ayudar a las personas a que cierren su ciclo, que (...) de inicio lo vean como su familiar, como un pedacito de algo de su familiar, que les ayude a subsanar", dice la mujer a la AFP en su taller de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.
Guerrero afirma que no puede evitar sentir dolor cuando realiza las entregas, y su intención es que con el tiempo el muñeco solo sea visto como un objeto.
Los osos se venden a 600 pesos, unos 24 euros. Para la modista, son un apoyo importante pues las familias de las víctimas del nuevo coronavirus no pueden despedirlas al salir éstas directamente de los hospitales a los crematorios o los cementerios.
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