Luz, recuerdo y drones: así ha sido la inauguración de los "Juegos de la esperanza"

La ceremonia se ha celebrado en el Estadio Olímpico de Tokio ante tan solo 1.000 invitados, encabezados por el emperador Naruhito y el presidente del COI, Thomas Bach.

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La tradición, el recuerdo de las víctimas por la COVID-19, los drones y la música de "Imagine", de John Lennon, han alumbrado la inauguración de los Juegos de la XXXII Olimpiada de Tokyo 2020, que se disputan desde este viernes hasta el 8 de agosto.  La ceremonia se ha celebrado en el Estadio Olímpico de Tokio ante tan solo 1.000 invitados.


"Hoy es un día de esperanza. Es muy diferente a lo que habíamos imaginado, pero valoremos este momento porque estamos aquí. Este es el poder unificador del deporte. Podemos estar aquí gracias al pueblo japonés y a los héroes anónimos que contribuyen a contener la pandemia", ha manifestado el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach.


Bach ha dado la bienvenida al Equipo de Refugiados a la "familia olímpica" y ha recordado las secuelas del coronavirus. "Siempre somos más fuertes juntos. Solo podemos ir más rápido, apuntar más alto y ser más fuertes si nos mantenemos juntos. La pandemia nos obligó a estar separados de nuestros seres queridos. Esta separación hizo que el túnel fuera más oscuro. La llama olímpica hace que esta luz brille más que nunca", ha apuntado.


La presidenta del Comité Organizador de Tokyo 2020, Hashimoto Seiko, ha agradecido también el "duro trabajo" para que se celebren los Juegos después de que la movimiento olímpico afrontara uno de sus "mayores desafíos". "Las esperanzas han sido unidas por muchas manos del mundo entero. Los atletas siempre habéis creído en vosotros mismos, y ahora es el momento de mostrar el poder del deporte. Haremos todo lo posible para que los Juegos sean una fuente de orgullo para las generaciones venideras" ha afirmado.


LA CEREMONIA


En un despliegue que ha combinado el respeto por la tradición, el color de los fuegos artificiales y el liderazgo tecnológico de Japón, la entrada de la bandera del país anfitrión ante un templo ha sucedido a una representación de atletas. Estos han entrado en una cinta de correr o una bicicleta indoor simulando los problemas que han tenido los deportistas de los 205 comités olímpicos para preparar los "Juegos de la esperanza" ante la pandemia.


La cantante Misia, con un vestido con los colores olímpicos, ha llenado con su interpretación del himno nacional nipón, el silencio de un graderío para 68.000 espectadores. Sin embargo, hoy ha estado ocupado tan solo por el millar de invitados, encabezados por el emperador Naruhito y el presidente del COI, Thomas Bach.


Los aros olímpicos fabricados con la madera de los árboles que germinaron con las semillas sembradas en Tokyo 1964, que simbolizan el legado y la sostenibilidad que pregona el movimiento olímpico, han ocupado el "escenario" del estadio y han devenido los protagonistas. El tradicional desfile de atletas ha sido el encargado de concluir el acto, con una representación de 11.274 deportistas.


Como es tradicional, Grecia ha sido el primer país en desfilar -siguiendo el orden del alfabeto nipón- antes que lo hicieran el Equipo Olímpico de Refugiados, una "animosa" delegación argentina y el Comité Olímpico Ruso. España ha desfilado en el puesto 88, con los abanderados, por vez primera de forma conjunta, Mireia Belmonte y Saúl Craviotto, que han liderado las esperanzas de los 322 olímpicos nacionales.


Mireia Belmonte y Saúl Craviotto portan la bandera española en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Tokyo 2020.

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LOS DRONES LLENAN EL CIELO OLÍMPICO NIPÓN


Tras el desfile, el cielo de Tokio lo han ocupado 1.824 drones para dibujar el emblema de los Juegos. Esta impactante escenografía ha mudado en el planeta Tierra para sobrevolar el estadio mientras sonaban los acordes del tema universal "Imagine", de John Lennon, interpretado por varios artistas, entre otros, el español Alejandro Sanz.



Pocos después del himno olímpico, se ha desvelado la última incógnita de la ceremonia, la encendida del pebetero. Ha sido la tenista Naomi Osaka la portadora del último relevo. Osaka ha trasladado el fuego de la "flor de cerezo" de la antorcha prendido en la antigua Olimpia hasta el pebetero del estadio, una esfera que encarna vitalidad y esperanza.


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