De "(capo)ral" de la policía de Llinars a "capo" del narcotráfico: los Mossos explican el caso

Todo esto lo hacían en horas de trabajo, utilizando recursos del cuerpo y de espaldas al resto de compañeros que nunca sospecharon nada. 

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Una operación antidroga en Llinars del Vallès termina con cuatro policías locales detenidos. // ACN - Albert Segura


Los Mossos d'Esquadra han concluido que uno de los cuatro agentes de la Policía Local de Llinars del Vallès detenidos el 26 de octubre era el jefe de la organización criminal dedicada a la producción masiva de marihuana. Con el apoyo de otros dos agentes, gestionada la organización como una “franquicia” decidiendo dónde se hacían las plantaciones y quién las trabajaba.


A cambio de una “tarifa plana” de unos 1.500 euros mensuales o un tanto por ciento de la cosecha, ofrecía las naves, protección y soporte logístico, entre otros servicios, haciendo uso de los recursos policiales. El operativo policial, tras una investigación de 20 meses, finalizó con 15 personas detenidas y 7.000 plantas de marihuana y 114 kilos de cogollos decomisados en 32 entradas en naves y domicilios.


EL CASO


Agentes de la policía de la Generalitat-Mossos d'Esquadrade la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Policial Metropolitana Norte detuvieron el 26 de octubre a quince personas, cuatro de las cuales agentes de la Policía Local de Llinars del Vallès, por delitos contra la salud publica, cohecho, revelación de secretos, omisión del deber de perseguir delitos, defraudación de fluido eléctrico, prevaricación administrativa, robo con fuerza, torturas, falsedad documental, detención ilegal y pertenencia a organización criminal.


En rueda de prensa, el inspector Josep Antoni López Garzón, ha explicado que la investigación se puso en marcha a principios de 2020 tras el asesinato a tiros de un hombre en una estación de servicio de Llinars del Vallès cuando hablaba con un de los agentes de la Policía Local de Llinars detenidos.


Este caso puso a los Mossos sobre la pista de una organización criminal dedicada al cultivo de marihuana que podría tener vinculaciones con agentes de la Policía Local de Llinars del Vallès.

Aunque inicialmente trabajaban con la hipótesis de que los agentes dieran protección a los responsables de las plantaciones, las investigaciones demostraron que uno de los policías detenidos, el cabo, era el que dirigía la organización decidiendo dónde se hacían las plantaciones, quien las trabajaba y cuando los cobraba.  De los otros tres policías detenidos, dos le apoyaban, y el cuarto, el único que está en libertad, se relaciona con una entrada en nave industrial del municipio para captar posibles nuevas ubicaciones.


UN POLICÍA QUE VIGILA UNA "NARCONAVE"


Desde hacía siete años, a cambio de una "tarifa plana" o un tanto por ciento de la cosecha, modalidad que escogían en función de la rentabilidad del cultivo, los policías proporcionaban la nave a los "jardineros", realizaban tareas de vigilancia y se encargaban de temas logísticos como llevar la comida a los trabajadores de las plantaciones. Todo esto lo hacían en horas de trabajo, utilizando recursos del cuerpo y de espaldas al resto de compañeros que nunca sospecharon nada.


El inspector ha explicado también que cuando se decidió iniciar el operativo detectaron que el jefe de la organización estaba tanteando transformar las naves donde estaban las plantaciones en granjas de bitcoins.


ENTRE LLINARS Y BARCELONA


En esta investigación, que lleva el juzgado de instrucción 4 de Granollers, se abrieron varias líneas de trabajo en torno a varias personas relacionadas con el cultivo de marihuana y que podían estar protegidas por algunos agentes de la Policía Local de Llinars del Vallès.


De todas las gestiones practicadas los Mossos pudieron identificar a las personas que conformaban la organización criminal, se pudieron ubicar las naves industriales y los domicilios de los investigados, la mayoría en el término municipal de Llinars del Vallès y en la ciudad de Barcelona. En una de las naves, ubicadas en el polígono de Can Prat de la localidad, los investigadores ubicaron el epicentro de la actividad de la organización.


Una vez obtenidos todos los indicios que acreditaban la actividad delictiva de este grupo, así como las personas que lo integraban, el 26 de octubre se realizaron un total de 32 entradas y registros en diferentes municipios del Vallès, Barcelona, Piera, Corbera de Llobregat y Riells y Viabrea. Se arrestaron a quince personas, entre ellos los cuatro policías locales, y se intervinieron más de 118.000 euros provenientes del tráfico de marihuana, 7.000 plantas y 114 kilos de cogollos. También se intervinieron varias armas de fuego y decenas de dispositivos móviles y ordenadores que todavía no se han podido analizar.


UNA INVESTIGACIÓN DIFÍCIL


El inspector ha reconocido que el hecho de que los líderes de la organización fueran policías ha dificultado mucho la investigación porque disponían de todos los recursos y el instinto policial "puesto a su interés". "Esto nos obligó a picar mucha piedra al inicio ya ir paso a paso para no cometer ningún error", ha añadido.


También ha destacado que el caso demuestra cómo estas organizaciones criminales logran "tentar" a miembros de estamentos como la policía para hacerles el trabajo "más fácil". Aquí, por ejemplo, ha recordado a los tres mossos detenidos el año pasado en Santa Coloma de Farners por tráfico de drogas.


Los detenidos pasaron a disposición judicial y nueve de los quince ingresaron en prisión, mientras que el resto quedaron en libertad con cargos. La investigación sigue abierta para poder determinar la presunta participación de más personas en la trama.

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