Cuando tener mucho dinero para pensiones se convierte en un problema
Mientras el sistema de pensiones español sufre por ser poco sostenible, otros mueren de éxito.
Reykjavic, Islandia @unsplash
Mientras el sistema de pensiones español sufre por ser poco sostenible, otros mueren de éxito. Este es el caso de Islandia, un país de apenas 370.000 habitantes que puede presumir de tener "el mejor sistema de pensiones del mundo", según el Índice Global de Pensiones elaborado por Mercer-CFA Institute, una reconocida medición que cada año compara los sistemas de jubilación en 43 países, que representan a cerca del 65% de la población mundial.
El ranking de pensiones asigna distintos valores de puntuación que están separados en tres grandes categorías: suficiencia del sistema (cuyo peso es de un 40% en la evaluación), sostenibilidad (35%) y marco regulatorio (25%). En 2021 Islandia consiguió el puntaje más alto con 84,2 puntos, al mostrar fortalezas como una pensión pública "relativamente generosa", un sistema privado de pensiones bien regulado y administrado, y altas contribuciones. Países Bajos y Dinamarca ocuparon el segundo y tercer lugar del podio mundial.
Islandia está "muy bien preparado para la bomba de tiempo que vemos en todas partes: el envejecimiento", asegura Hans van Meerten, profesor de Derecho Europeo de Pensiones de la Universidad de Utrecht. "Tiene una combinación única de pensiones privadas y estatales que previene en gran medida la pobreza en la vejez de trabajadores y no trabajadores", sentencia.
El sistema islandés ha funcionado tan bien que ha conseguido reunir una cantidad de recursos cercana al 200% del Producto Interior Bruto (PIB) del país y ahora "se enfrenta a las conescuencias de su propio éxito", alerta van Meerten.
Pero, ¿cuál puede ser el problema de tener mucho dinero? Islandia fue uno de los países más golpeados por la crisis financiera de 2008. El sector bancario del país se quedó totalmente paralizado y el sistema de jubilación perdió más del 20% de los recursos. Esta situación sacudió la mentalidad de la sociedad islandesa, que entendió que depender demasiado de la economía internacional podía provocar que el país volviera a ver devastada su economía cuando llegara otra crisis.
En este sentido, Islandia decidió emprender una serie de medidas para protegerse frente a otro descalabro económico internacional, y la ley más importante que aprobaron fue limitar las inversiones de fondos en el exterior a un 50%. Y todo ha funcionado hasta que se han dado cuenta de que tienen tanto dinero en el fondo de pensiones que, necesariamente, lo deberán invertir fuera de sus fronteras. "El sistema se ha vuelto demasiado grande", declaró en diciembre el ministro de Finanzas, Bjarni Benediktsson, en una entrevista con la prensa local.
El gobierno liderado por la ambientalista y ecologista, Katrín Jakobsdóttir, está analizando la idea de permitir que las empresas que administran los fondos de los islandeses puedan hacer más inversiones en el extranjero. Esta decisión podría provocar que el dinero de las pensiones de los islandeses rente más, pero otros son más del "más vale pájaro en mano que ciento volando" y prefieren que el país siga la senda que emprendieron a partir de 2008, cuando se armaron para solo depender de su propia economía y no ser la víctima fácil de una crisis internacional.
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