“El señor Wilder y yo”, una novela fruto de la admiración de Jonathan Coe por Billy Wilder
“Lo mismo me ocurre a mí, puesto que mis libros más divertidos son los más serios”, explicó en la presentación de su novela “El señor Wilder y yo” (Anagrama), un homenaje a la memoria de este personaje capital en la historia del cine.Coe explicó que optó por escribir una novela y no una biografía de Wilder a causa de cierta mala experiencia habida anteriormente cuando publicó una historia que le había costa gran esfuerzo de investigación para documentarla adecuadamente y no dio el resultado apetecido.
Jonathan Coe, autor del libro El señor Wilder y yo /@Pablo-Ignacio de Dalmases
“Cuando Billy Wilder quería decir algo profundamente sentido utilizaba el humor” dice Jonathan Coe, quien resaltó la facilidad que tuvo el famoso director cinematográfico norteamericano de origen judeoalemán para transformar asuntos muy serios en cómicos. “Lo mismo me ocurre a mí, puesto que mis libros más divertidos son los más serios”, explicó en la presentación de su novela “El señor Wilder y yo” (Anagrama), un homenaje a la memoria de este personaje capital en la historia del cine.
Coe explicó que optó por escribir una novela y no una biografía de Wilder a causa de cierta mala experiencia habida anteriormente cuando publicó una historia que le había costa gran esfuerzo de investigación para documentarla adecuadamente y no dio el resultado apetecido. En el caso de la novela que ahora nos ocupa, se inspiró en “Fedora”, una película oscura e intimista en la que Wilder planteó en el fondo la conciencia que la protagonista, una actriz retirada, adquiere de su envejecimiento, lo que hizo que no tuviese una buena acogida comercial. Y, en este sentido, accede a reconocer que quizá en este filme no se da la misma comicidad que “Con faldas y a lo loco”. Pero fue el que escogió como eje narrativo de su novela por la elegancia clásica de la obra y su ritmo narrativo.
Tras esta película latía además la impresión que Wilder recibió a su regreso a Alemania tras la segunda guerra mundial y fue testigo de las consecuencias producidas por el holocausto del pueblo judío, en el que perdió su propia madre y del que se libró por haber emigrado en 1934. Pese a ello, no es un libro sobre el holocausto, sino sobre la forma como un artista transforma su experiencia en arte, tal cual ocurrió con el propio Wilder en el reencuentro con sus raíces.
Dijo Coe que “El señor Wilder y yo” no ha sido un trabajo fácil: “Hay libros que surgen rápidamente y los escribo sin dificultad, pero éste me ha exigido un proceso largo de veinte años” aunque “cuando escribo me dejo llevar por el instinto y no por la racionalidad”.
Comentó que una las mayores decepciones del director fue la imposibilidad de adquirir los derechos de “La lista de Schindler”, aunque luego elogió el resultado conseguido por Spielberg y recordó la imposibilidad que tuvo de llevar a cabo otro proyecto, la película “Un día en la ONU”.
Terminó diciendo que la admiración que profesaba por Billy Wilder nacía de su gran humanidad y de su condición de artista completo, si bien resaltó con buen humor que entre director de cine y él hubo, sin embargo, una diferencia muy acusada: “Mientras el necesitaba millones de dólares para producir una de sus películas, a mí me bastan bolígrafo y papel para escribir un libro”.
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