33 obras vuelven a Sijena, pero las más valiosas siguen en Catalunya: el pulso patrimonial continúa
La muestra de las obras devueltas a Aragón es "una experiencia que nadie debería perderse"
El Real Monasterio de Santa María de Sijena, joya espiritual y artística del antiguo Reino de Aragón, ha reabierto sus puertas con una exposición inédita que muestra 33 obras de arte sacro recientemente recuperadas. Estas piezas, procedentes en su mayoría del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y del Museu Diocesà de Lleida, representan solo una parte de un conjunto más amplio de más de 100 obras que Aragón ha logrado recuperar, aunque el relato aún queda incompleto: sigue pendiente el retorno de las valiosísimas pinturas murales de la Sala Capitular, conocidas como la Capilla Sixtina del románico.
Un legado regio en piedra y pigmento
Situado en pleno desierto de los Monegros, Sijena es uno de los pilares culturales y religiosos del medievo aragonés, comparable en importancia a San Juan de la Peña, Veruela, San Pedro de Siresa o San Victorián. Fue fundado en 1188 por la reina Doña Sancha de Castilla, esposa del rey Alfonso II “el Casto”, y destinado a monjas de la Orden de San Juan del Hospital (hoy, de Malta). En este recinto se fraguó la semilla del actual Archivo de la Corona de Aragón, y funcionó como un enclave de poder político, espiritual y artístico.
Durante el siglo XIV, bajo el priorato de la infanta Blanca de Aragón, el monasterio vivió un esplendor que se repitió en el siglo XVI con María Jiménez de Urrea, cuyo mecenazgo impulsó la creación de obras de gran riqueza iconográfica y técnica.
De la gloria a la ruina: siglos de saqueo y olvido
Tras siglos de esplendor, la decadencia llegó con la crisis financiera y la Guerra de la Independencia. El monasterio perdió sus rentas señoriales y dejó de ser refugio para damas de alta nobleza. El golpe definitivo llegó en la Guerra Civil, cuando parte del edificio fue incendiado y muchas de sus obras fueron arrancadas y trasladadas, especialmente a Barcelona.
Una reapertura que emociona y reivindica
Pedro Olloqui, director general de Cultura del Gobierno de Aragón, ha definido la reapertura como una experiencia “que nadie debería perderse”, subrayando la perfecta fusión entre restauración arquitectónica y retorno patrimonial. La respuesta ciudadana ha sido masiva: más de 2.790 personas han visitado Sijena entre el 29 de marzo y el 18 de mayo, llenando las visitas guiadas al completo.
La reapertura, señala Olloqui, simboliza “una batalla ganada contra el expolio” y ha expresado su esperanza en que pronto haya “buenas noticias” sobre la devolución de las pinturas murales de la Sala Capitular.
Tesoros devueltos: joyas mudéjares y renacentistas
Entre las 33 piezas expuestas, destacan las puertas mudéjares del Palacio Prioral del siglo XIII, que han recuperado su policromía y decoración heráldica gracias a una restauración minuciosa. Procedentes de la desaparecida Sala Pintada o Salón del Trono, lucen los emblemas de las casas Luna y Urrea.
Igualmente valiosa es la urna funeraria del siglo XV destinada a albergar los restos de Isabel de Aragón, decorada con pinturas al temple de Blasco de Grañén. La urna representa a la difunta en cuerpo entero y, a sus pies, a una religiosa orante. Se suman otras urnas creadas para las prioras Francisquina de Erill y Castro y Beatriz Cornel.
Tras casi 90 años sin ser exhibida, regresa también un fragmento de la cama sepulcral del grupo escultórico del Santo Entierro, obra del maestro francés Gabriel Joly, una de las grandes joyas del Renacimiento aragonés, dañada durante el incendio de la Guerra Civil.
A estas piezas se suman un retablo de la infancia de Cristo, otro de la capilla de Santa Ana, la silla prioral encargada por Blanca de Aragón, el retablo de la Virgen de los Ángeles atribuido a los hermanos Sierra, y un tríptico de los santos Juan, Fabián y Sebastián, de Miguel Ximénez.
Una museografía que revive siglos de historia femenina y feudal
La musealización, diseñada para trasladar al visitante al pasado de este cenobio, incluye seis facsímiles, tres vídeos y múltiples módulos explicativos. Según Fernando Sarría, jefe de Archivos, Museos y Bibliotecas del Gobierno de Aragón, se ha querido mostrar “la historia tan rica y compleja” del monasterio, la vida de las monjas de la alta nobleza y las devociones singulares que desarrollaron.
Entre ellas se encuentra el relicario de Santa Ubaldesca, muy venerada por la Orden de Malta, y una tabla policromada dedicada a Santa Rosa de Lima. Algunas piezas han sido sometidas a profundos procesos de restauración, como el grupo escultórico del Santo Entierro, del que solo se muestra la cama, con los personajes recreados digitalmente por su deterioro.
La gran ausencia: la Capilla Sixtina del románico sigue lejos de Sijena
El elemento más esperado, sin embargo, no está en exposición: las pinturas murales de la Sala Capitular, arrancadas durante y tras la Guerra Civil y trasladadas al MNAC, aún siguen en Barcelona. Estas pinturas, de principios del siglo XIII, son consideradas un hito del románico europeo.
El Tribunal Supremo tenía previsto decidir el 14 de mayo sobre el recurso de casación presentado por la Generalitat de Cataluña contra las sentencias previas que ordenaban su devolución. La resolución judicial aún no se ha hecho pública, y el desenlace está en manos de la máxima instancia judicial del Estado.
Visitar Sijena: información práctica
Las visitas guiadas, con una duración de 40 minutos, están disponibles:
Jueves, viernes y sábados: 16:30 y 17:30 h
Viernes, sábados y domingos: 11:00, 12:00 y 13:00 h
Se pueden reservar en la web de Turismo de Aragón o en la propia taquilla. Cada grupo está limitado a 30 personas. El precio general es de 9 euros, reducido 4,50 euros, y entrada gratuita para niños de hasta 5 años.
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