Hace unos años, un grupo de nadadoras decidieron grabar una de sus coreografías en la piscina más profunda del mundo –la Y-40-. Un hecho insólito que ha dado la vuelta al mundo en poco más de una semana.
Más de seis millones de visualizaciones tiene el vídeo en el que reproducción tras reproducción uno se pregunta cómo lo han hecho. Ellas caminan y se mueven por el agua sin ningún problema, como quien anda por la calle. El truco está en la grabación: coger una cámara y registrar las imágenes del revés.
Treinta segundos que se han hecho virales en Facebook gracias a una ilusión óptica y el trabajo de tres nadadoras.
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