En Sao Paulo, Brasil, sucedió algo insólito. Un chico adolescente entró a un estudio de tatuajes para robar, no para hacerse un tatuaje. Sin embargo, el resultado no fue el esperado.
Uno de los tatuadores le vio, y no dudó en hacerle un regalo del que podrá hacer uso toda la vida: un tatuaje. El artista le podría haber tatuado en alguna parte del cuerpo que pudiera cubrir, pero este decidió hacerlo en la frente.
El mensaje del tatuaje es claro: “ yo soy un ladrón y un tarado”. Al joven brasileño le perseguirá toda la vida el día que intentó cometer un delito. Seguro que ha aprendido la lección.
La foto del joven con cara de arrepentimiento con su nuevo tatuaje se ha hecho viral. Las redes sociales brasileñas se han hecho eco, y el debate está servido. Muchos acusan al tatuador de haberse pasado y de haber excedido los límites.
Escribe tu comentario