Quinto aniversario de las leyes de desconexión: ¿Cómo ha cambiado el mapa político catalán?
Un lustro después, el tablero político en Catalunya es totalmente diferente.
Este 6 y 7 de septiembre se cumplen cinco años de la celebración de las sesiones plenarias en el Parlament de Catalunya que terminaron con la aprobación de las llamadas leyes de desconexión: la de transitoriedad jurídica y la del referéndum. Fueron dos jornadas intensas en las que el Parlament de Catalunya se convirtió en el principal foco de todas las miradas.
Un lustro después, el tablero político en Catalunya es totalmente diferente. Las leyes de desconexión fueron la antesala para el crecimiento de Ciudadanos, que en las elecciones de diciembre de 2017 consiguió convertirse en la primera fuerza del Parlament al llevarse un millón de votos. En la actualidad, Ciudadanos vuelve a ser residual en Catalunya. El partido liderado por Carlos Carrizosa ahora solo tiene 5 diputados en el Parlament - algunos más que el PP pero muchos menos que Vox-.
Por otro lado, los socialistas catalanes también han conseguido dar un vuelco al mapa político catalán, y en este caso con más éxito para su partido. En las elecciones de febrero de 2021 Salvador Illa ganó las elecciones en Catalunya, quitando el liderazgo a Ciudadanos. La propuesta del PSC fue clara: diálogo, diálogo y diálogo, una estrategia que, además de servirle para situarse como primera fuerza en Catalunya, ha conseguido romper los clásicos bloques independentistas. Poco queda del romance entre Junts y ERC que, aunque gobiernen en coalición, tienen estrategias totalmente distintas. Los republicanos le han comprado el discurso a Illa, apostando por el diálogo, mientras que en las filas de Junts lo ven con recelo, y piden una estrategia más agresiva.
El partido que ha tenido una trayectoria más coherente desde la desconexión han sido los populares catalanes: parecía que iban a desaparecer hace cinco años y ahora, se encuentran al borde de la extinción en Catalunya. El papel de Rajoy en el referéndum no agradó ni a independentistas ni a constitucionalistas, y el PP está en caída libre. Ni la pérdida de votos de Cs ha conseguido beneficiar al PP, que ha perdido el discurso y el relato para ser un partido influyente en Catalunya.
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