Jaume Collboni se lo pone díficil a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona
La combinación de intereses en el Parlament puede acelerar un pacto presupuestario en la capital, como ya sucedió cuando ERC se abstuvo por obligación y facilitó la aprobación de las cuentas municipales de ese año.
El terremoto político que se está viviendo en Catalunya podría tener sus efectos colaterales en la capital catalana. Todo esto llega a menos de ocho meses de las próximas elecciones municipales.
La combinación de intereses en el Parlament puede acelerar un pacto presupuestario en Barcelona, como ya sucedió cuando Esquerra se abstuvo por obligación y facilitó la aprobación de las cuentas municipales de este año. Pero antes, en los días inmediatos, comunes y socialistas deberán cerrar un acuerdo de socios que, a día de hoy, se encuentra retenido en la ronda de Dalt y en el túnel de la Rovira.
¿CUÁLES SON LAS DISCREPANCIAS ENTRE COMUNES Y SOCIALISTAS?
Las discrepancias entre ambas formaciones se basan en tres puntos. El más conocido es en torno al mantenimiento (socialistas) o la eliminación (comunes) de la bonificación del 75% de la tasa de terrazas. El segundo tiene que ver con un paquete de medidas anticrisis. Y el tercero, con la distribución de inversiones en los distritos.
En este último punto, los socialistas apuestan fuerte por Horta-Guinardó, un territorio en el que históricamente el PSC ha obtenido una buena cosecha de votos, pero donde en las elecciones del 2019 las diferencias entre comunes, republicanos y socialistas fueron mínimas.
DOS INVERSIONES RECLAMADAS POR EL PSC QUE NO SE HAN MATERIALIZADO
El PSC quiere priorizar dos inversiones que figuraban en el acuerdo de gobierno del 2019 pero que, por razones diversas y covid mediante, no se han materializado. Ambas se localizan en el distrito que dirige la concejal socialista Rosa Alarcón y afectan a dos importantes infraestructuras.
La primera es la cobertura de un nuevo tramo de la ronda de Dalt, unos 550 metros entre la avenida Jordà y la calle Jericó. El proyecto ejecutivo, que muy probablemente tendría que ser revisado, data del 2018. La actualización de precios situaría la inversión necesaria para abordar esta obra en unos 38 millones de euros, en los que estarían incluidos los 4 millones que costaría mejorar un colector de aguas pluviales.
El segundo proyecto que, según explican fuentes socialistas, es condición sine qua non para cerrar un primer acuerdo presupuestario entre la alcaldesa Ada Colau y su primer teniente, el socialista Jaume Collboni, es la modernización del túnel de la Rovira. Esta infraestructura, de 1,3 kilómetros de longitud, fue inaugurada parcialmente en 1987 cuando ya habían transcurrido 17 años desde el inicio de unas obras lastradas por problemas de todo tipo y con largos parones. En su día fue calificado como uno de los túneles urbanos menos seguros de Europa y lo cierto es que hoy difícilmente pasaría con buena nota el examen de las modernas normas de seguridad.
La formación que lidera Jaume Collboni argumenta que las inversiones en la cobertura de la Ronda de Dalt y en el túnel de la Rovira reforzarían la apuesta de las instituciones por un gran eje sanitario en Horta-Guinardó que pasa por la conexión de los hospitales de Sant Pau y la Vall d’Hebron. En este último centro de salud las multimillonarias inversiones programadas por la Generalitat para los próximos años tendrán un fuerte impacto urbanístico positivo en la zona, en barrios como Montbau o Sant Genís dels Agudells y en la conexión del paseo de la Vall d’Hebron con Collserola.
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