Ciberataques a empresas: el eslabón más débil en la seguridad digital sigue siendo el ser humano
Los ciberataques son el enemigo invisible que entra por la puerta principal. La falta de formación y la confianza excesiva abren paso a virus indetectables; expertos como CaixaBank alertan en Barcelona sobre los errores humanos como la principal vulnerabilidad
La amenaza digital se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para las empresas del siglo XXI. Y no es para menos. En cuestión de segundos, un simple correo puede desencadenar una cadena de errores que termine por comprometer toda la estructura de seguridad de un negocio. Esta ha sido una de las grandes advertencias compartidas por CaixaBank durante su intervención en el Congreso de Ciberseguridad que se celebra estos días en Barcelona.
La entidad financiera, uno de los grandes referentes en la materia, ha puesto sobre la mesa una realidad tan alarmante como silenciada: el eslabón más débil en la seguridad digital sigue siendo el ser humano.
La entrada más fácil: tu correo corporativo
Los expertos coinciden en que los cibercriminales no necesitan grandes hazañas para penetrar en los sistemas informáticos de las empresas. De hecho, la táctica más efectiva suele ser la más sencilla: un correo electrónico aparentemente inofensivo, camuflado como una factura, un albarán o incluso un mensaje de un cliente habitual. Un solo clic en un archivo infectado puede bastar para que un virus se instale silenciosamente y empiece a robar o corromper información crítica.
En palabras de los ponentes de CaixaBank, la mayoría de ataques exitosos no se deben a una falla técnica, sino a un descuido humano: confiar en un remitente sin verificar su autenticidad, no revisar bien el contenido o simplemente abrir un archivo sin precaución.
Un océano de correos infectados: imposible detectarlos todos
La dimensión del problema es abrumadora. Se estima que más de 50.000 correos maliciosos se envían cada segundo en todo el mundo, dirigidos a miles de empresas. Muchos de ellos logran su objetivo sin levantar sospechas hasta que ya es demasiado tarde. Cuando una compañía detecta que ha sido infectada, el daño —económico, reputacional y operativo— ya suele ser irreversible.
Además, los virus actuales han alcanzado un nivel de sofisticación que los hace casi indistinguibles de un mensaje legítimo. Desde el diseño hasta el lenguaje, todo está pensado para engañar incluso al ojo más entrenado.
¿Dónde estamos fallando?
Uno de los grandes problemas identificados durante el congreso es la escasa formación en ciberseguridad que tienen muchas plantillas en España. La confianza ciega en herramientas digitales, combinada con la desinformación, hace que muchas empresas no sepan ni siquiera por dónde empezar a protegerse.
A esto se suma un nuevo factor de riesgo: el mal uso de herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT. Aunque pueden ser aliadas en muchas tareas, también se han convertido en una vía utilizada por ciberdelincuentes para generar contenidos maliciosos con apariencia legítima, gracias a los denominados prompts corruptos. Muchas infecciones se cuelan por cambios mínimos en un documento o una línea de código. Son puertas traseras difíciles de detectar si no se cuenta con personal técnico especializado. Por ello, la prevención y el control constante se han vuelto más importantes que nunca.
Implementar sistemas de verificación de origen en cada archivo y correo entrante, contar con protocolos de respuesta rápida, y formar al personal para que cuestione cualquier contenido antes de abrirlo, son algunas de las medidas más efectivas para reducir el riesgo.
La solución no siempre es compleja: un simple radar puede salvar tu negocio
En ocasiones, la clave está en lo más básico: contar con un sistema de vigilancia digital que funcione como un “portero” virtual, que filtre, alerte y supervise lo que entra en los canales de comunicación de la empresa. Porque, aunque la tecnología evolucione, el objetivo de los hackers sigue siendo el mismo: entrar por la puerta más fácil. Y en demasiadas ocasiones, esa puerta está abierta de par en par.
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