La ciencia ha conseguido algo insólito: poder "escuchar la voz" de una momia de 3.000 años. Esta podría ser la descripción de una de las escenas de cualquier película llena de efectos especiales, pero el caso es muy real y representa lo que un equipo de investigadores ha logrado con la tecnología de tomografía computarizada.
El sacerdote Nesyamun tenía 50 años cuando murió. Vivió durante el reinado del faraón Ramsés XI, fue momificado hace tres mil años y sus restos fueron depositados en la Necrópolis de Tebas. Desde 1823 se encuentra en el Museo de Leeds, en Inglaterra, y ahora ha sido posible reproducir su voz gracias al trabajo de investigadores alemanes e ingleses.
El profesor David Howard, que dirige el departamento de ingeniería electrónica de la Universidad de Londres, Royal Holloway, y el resto del equipo fueron capaces de mapear el tracto vocal utilizando avanzadas técnicas de tomografía computarizada y recrear la garganta del sacerdote en 3D, permitiéndoles escuchar, a través de la computadora, lo que sería el registro vocal de Nesyamun si estuviera vivo en el sarcófago.
"Escuchamos un sonido parecido a una vocal que saldría de la boca de Nesyamun si su boca estuviera en la posición actual y si estuviera vivo", explica David Howard.
La tecnología, pero también la buena conservación de la momia ayudó a los científicos. El sonido que se oye es electrónico, dice Howard, y se logró teniendo en cuenta la posición en la que el sacerdote fue momificado, con la cabeza inclinada hacia atrás y la boca abierta, lo cual es inusual en el proceso de momificación. El disco obtenido se asemeja a los sonidos de las vocales de las palabras inglesas "bed" y "bad", produciendo una especie de gemido.
"Si este sonido fuera producido por Nesyamun, el aire del pulmón sería expulsado a través de la laringe, donde sus cuerdas vocales vibrarían para crear el mismo efecto", explica el profesor y uno de los líderes del estudio.
Según el experto, las dimensiones de la laringe y el tracto vocal de Nesyamun indican que su voz sería un poco más fuerte que la del hombre de hoy.
Una hazaña que abre nuevas ventanas de oportunidad para aprender más sobre el pasado. El arqueólogo John Schofield y coautor del estudio habla incluso de "entusiasmo" y de la "dimensión extra" que puede representar para los visitantes del museo.
"La idea de ir a un museo y escuchar una voz de 3.000 años de antigüedad es el tipo de cosas que la gente puede recordar durante mucho tiempo", dice, citado por 'The Guardian'.
Una vez que consiguen esta voz, el equipo de investigadores quiere más. "Queremos intentar desarrollar un modelo de computadora que nos permita mover [el tracto vocal] y formar diferentes sonidos de vocales y, con suerte, finalmente palabras", comenta Schofield. El enfoque que los investigadores han aplicado puede, de hecho, aplicarse a otros restos preservados, como los de la Edad de Hierro, añade el experto.
A pesar de este registro que lograron producir, no corresponde "al sonido que el sacerdote reproduciría en vida", el arqueólogo explica que es a través de él que es posible "crear otros sonidos que pueden haber sido producidos durante su vida".
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