El litoral de Tarragona, conocido como la Costa Dorada, es un lugar imprescindible para visitar en Catalunya. Para pasar un fin de semana, un día o unas largas vacaciones, este territorio ofrece un sinfin de postales que enamorarán a vuestros ojos.
En CatalunyaPress os recomendamos cinco pueblos que, a nuestro juicio, son las joyas de esta zona:
Altafulla es un gran destino para los que quieren disfrutar de lo mejor de dos mundos: la playa y la historia. Se trata de un pueblo medieval con un encanto indiscutible. Además, la capital Tarragona y sus ruinas romanas estan a menos de 15 kilómetros, y PortAventura y Salou a unos 25 kilómetros.
En las playas de Altafulla encontrarás aguas cristalinas y poco profundas, perfectas para los niños.
Torredebarra es famoso por el Castillo de los Icart, un gran ejemplo del renacentismo catalán construido en el siglo XVI. Tampoco te puedes perder la Iglesia Parroquial de San Pedro, la muralla y la Torre de la Vila; además de pasear las calles de su Casco Antiguo.
Tiene cuatro playas: La Paella, Baix a Mar, Els Muntanyans y El Canyadell.
Ametlla de Mar es un pueblo pesquero por excelencia, tanto que su principal atracción turística es la subasta de pescado.
Es altamente recomendable comer en alguno de los restaurantes de este municipio, donde te podrás degustar platos de pescado y marisco de gran calidad.
Cuenta con 16 kilómetros de una costa única con 30 calas y playas para todos los gustos, unas de arena fina y blanca, otras de piedras, rodeadas de pinares y con aguas cristalinas gracias a las enormes praderías de posidonia
Con 9 kilómetros de uno de los paseos marítimos más bonitos de la geografía española, Cambrils es una de las grandes joyas del Mediterráneo. En su casco antiguo podrás pasear y disfrutar de calles estrechas y plazas amplias. Imprescindible visitar la Torre del puerto, el Museo de Historia de Cambrils y el parque Samá.
Cambrils tiene un gran oferta de actividades acuáticas, como submarinismo o surf. También ofrece la posibilidad de hacer senderismo, rutas en bici, visitas teatralizadas o incluso varios museos.
Cuando uno piensa en la Costa Dorada es imposible olvidarse de Tamarit: su castillo al borde del mar es inolvidable. Es un antiguo pueblo costero emplazado sobre un promontorio rocoso, en un entorno natural de belleza inigualable, entre la desembocadura del Río Gaià y el Bosque de la Marquesa.
Sus rutas a pie, sus playas de ensueño, sus monumentos y su historia, lo convierten en el destino perfecto para los amantes de la naturaleza.
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