Cuando los destinos de playa se abarrotan de gente en los meses de verano, no hay nada como irse a los pueblos pequeños de montaña a desconectar. Afortunadamente, en Catalunya contamos con multitud de pequeñas localidades en las que apenas se ve un alma. Y, además, muchas de ellas destacan por su gran belleza. Así pues, en Catalunya Press hemos preparado una lista con cinco pueblos bonitos del Pirineo catalán a los que acudir para pasar unos días de tranquilidad rodeados de naturaleza.
Bellver de Cerdanya
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Antiguamente, Bellver de Cerdanya estaba formado por un castillo amurallado y torres de mira. Pero ahora, además de conservar los restos de lo que un día fue, es uno de los pueblos más bonitos del Pirineo Catalán. Destacan sobre todo su casco antiguo medieval, con sus casitas de piedra y su plaza mayor, en la que se celebra el mercado de la localidad.
El Querforadat
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El Querforadat es un núcleo de población que forma parte del pueblo de Cavá, en la comarca del Alt Urgell. Está formado por unas pocas casas de piedra de tejados rojizos y las vistas que regala desde el pequeño mirador con el verde de la vegetación y el gris de la montaña de piedra que tiene en el horizonte son increíbles.
Toloriu
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Otro de los pueblos que no puedes dejar de visitar si lo que buscas es un día de relax es Toloriu. Está compuesto por tres o cuatro calles empedradas, con fachadas decoradas con enredaderas y plantas. Además, cuenta con una pequeña ermita que se alza en solitario dejando unas vistas amplias de las montañas al fondo. Recorrerlo resulta muy agradable, porque además podrás hacerlo sin cruzarte con nadie.
Arsèguel
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Arsèguel es algo más grande que los dos pueblos citados anteriormente (El Querforadat y Toloriu), pero empedrado de igual manera. Se encuentra en la parte baja de la Sierra del Cadí y tiene una de las arquitecturas medievales mejores conservadas de los Pirineos.
Arànser
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Al fondo del valle del río del Molí encontramos Arànser, un pueblo que además de casitas de piedra cuenta con una pista de esquí y un estanque escondido pero de fácil acceso a seis kilómetros aproximadamente de lo que es el núcleo urbano. Se llama estanque de Comabella, se puede caminar a su alrededor en un paseo de unos diez minutos y es tan bonito como puedes ver en la imagen que acompaña a este texto.
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