La Garrotxa, en la provincia de Girona, es una comarca famosa por su queso de cabra y por la Zona Volcánica de la Garrocha, un inmenso parque natural con gran cantidad de conos volcánicos extintos.
Se trata de un territorio que se debe visitar, por su hermoso parque natural, que dejará postales inolvidables en tu vista, y por sus pueblos, con una personalidad arrolladora. En este artículo os proponemos cinco municipios que debéis visitar si pasáis por esta zona:
Es uno de los pueblos más bonitos de Catalunya, y pocos podrán negar esto. El puente medieval que conduce hasta el coro del precioso núcleo histórico de Besalú es tanto de postal que parece que sea de mentira. Pero no, es verdad y se puede tocar.
El puente te lleva directamente a uno de los núcleos medievales más monumentales y mejor conservados de Catalunya, y por ello es Bien Cultural de Interés Nacional. Pero, en Besalú encontraréis muchas más cosas para descubrir, como los baños judíos, unos de los dos únicos que hay en toda la Península.
Indispensable, desde el pueblo hasta la carretera que tienes que recorrer para llegar. Todo es una delicia.
El diminuto pueblo de Castellfollit de la Roca está situado encima de un increíble acantilado de 50 metros de altura y bajo los pies del río Fluvià. La antigua iglesia de San Salvador, el mirador con unas vistas privilegiadas y sus estrechos callejones hacen famoso a este pequeño pueblo de la Garrotxa. Además Castellfollit de la Roca es la puerta de entrada del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
Dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa encontraréis una villa que vigila el descanso de los volcanes Santa Margarida y Croscat. Santa Pau todavía conserva una fisonomía medieval muy marcada y está presidida por el castillo que lleva su mismo nombre, y que fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
Desde esta villa se puede llegar a la famosa Fageda d'en Jordà, un paraje natural formado por bosques de haya que es una explosión de colores en cada estación. Desde aquí también podéis hacer la excursión al cráter de Santa Margarida, donde, en medio, descansa una ermita que no se puede dejar de fotografiar.
Como casi todos los pueblos de la Garrotxa, Mieres está rodeado de naturaleza, prados, bosques y arroyos que nos regalan una belleza y tranquilidad única. Además cuenta con el barrio de La Cellera, la iglesia de Ruïtlles y las diferentes iglesias de San Pere, de Santa Maria de Romeria y de Santa María del Freixe, ideales para dar un paseo y descubrir la historia de este maravilloso municipio.
El puente medieval, el Molí Fondo, el Monasterio Benedictino o el Castillo de Juvinyà son algunos de los grandes reclamos medievales del municipio de Sant Joan les Fonts. Lo cierto es que tiene infinidad de rincones que son difíciles de conocer en un solo día. No os marchéis sin observar detenidamente el puente medieval, que esconde una curiosidad: fue construido con piedra volcánica.
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