El robo

Lilia Cisneros

Robo


Con una importante influencia de las políticas editoriales de muchos medios que han dado supremacía a delitos como el secuestro, la extorsión o el homicidio, hay otro ilícito casi pasado por alto aun cuando es quizá el más cercano al ciudadano, me refiero al robo. ¿Por qué el combate y la prevención de este delito parecen no estar en los propósitos de las autoridades vinculadas con la seguridad? ¿Quién sufre más el robo, las grandes empresas, las familias o los individuos?


Apoderarse de los bienes ajenos, mediante engaño -en vía publica, por teléfono etc.- abuso de la confianza otorgada -empleados de oficina, domésticos- usando la fuerza -como ocurre diario a los automovilistas- es grave no solo por el monto de lo robado o la violencia con que el atraco sea cometido, sino porque se constituye en la base de otros delitos [1] como sería el fraude, el comercio ilegal -de hidrocarburos, cosas obtenidas ilegítimamente- la extorsión y lo que es más preocupante conductas que vulneran el derecho de los niños a ser educados con una base sólida de valores cívicos, éticos e incluso morales. Además de los beneficios pecuniarios por la reproducción de videos que nos enseñan como una familia entra a restaurantes propiciando que los ladrones de bolsas sean los niños ¿Quién ha hecho algo para detener esta tendencia? ¿Quién explica a los policías municipales o de cercanía ciudadana que es su obligación detener y presentar a quien se descubra robando aun cuando este sea o parezca menor de edad? [2]


Para un estudiante que con dificultades y mediante “abonos mensuales” se ha hecho de una computadora, el robo de esta es tan trágico, como el tan publicitado enriquecimiento de un político encumbrado que dispuso de los bienes del erario. ¿Robar se agrava por el monto? Si a una familia le rompen puertas para luego sacar enseres, electrodomésticos o joyas que más que nada tienen valor emotivo, las autoridades de entrada le invitan a “resignarse” porque seguro no encontrarán ni al ladrón ni sus pertenencias ¿Qué no saben las autoridades investigadoras los domicilios donde se comercializan llantas, partes de auto, televisiones, pantallas, oro etc.? ¿Le ha tocado encontrarse con un vendedor ambulante en los mercados que le ofrece como “trapos de limpieza” gasas que fueron robadas de un hospital y que se usan para procedimientos quirúrgicos? ¿Quién “regentea” a esa persona? ¿Cuántas de las cosas que usted compra baratas -medicamentos, peines, discos, maquillaje, ropa- en un puesto informal fueron robadas a algún ciudadano trabajador, empresa en pequeño o institución pública, privada o incluso de beneficencia?


Desde la simplicidad del decálogo mosaico [3], hasta las complicadas normas que vienen a resultar en diarrea legislativa por lo excesivas y poco prácticas en su aplicación, el robo no debería ser tolerado y mucho menos considerarlo como “algo normal”, pues es mejor a la alternativa de que te causen lesiones o te maten. ¿Por qué no podemos dejar el coche sin llave o la bicicleta sin cadena como se hacía todavía en los años 60 y se hace por ejemplo en Japón?


Si usted como futuro inversionista acude a un diplomado para hacerse experto emprendedor, lo primero que le enseñan es que “sino pasa del 10%, lo que le falta considérelo como merma”, y nada le dicen respecto del autor del robo hormiga que un día hará un duplicado de la llave y sacará por la puerta principal todos sus bienes. ¿Se imagina cuanto ganan las empresas aseguradoras, y las de seguridad -cámaras, alarmas, personal, rejas, vidrios irrompibles- ahora que el robo es “normal”? ¿Cuántos empleos se pierden por la salida de empresas o cuando menos el cierre de estas debido a lo que les han robado? ¿Qué políticas públicas se están aplicando para desincentivar este delito?


Si apropiarse del patrimonio de otro es simple y llanamente robo, los bancos, los prestamistas -casi siempre prendarios- los aboneros y todo aquel que por la vía que sea lo deja en la chilla, no habría porque restarle importancia a tal delito que a estos de cuello blanco no se les imputa. Según la moda o las costumbres, hubo tiempos en que alguna liturgia consideraba siete pecados capitales y entre ellos no estaba por cierto el robo. Ni hablar son generadores de otras infracciones la soberbia, lujuria, ira, avaricia, gula pereza o envidia, y ahora que es el planeta de los obesos y en alguna geografía la pereza se premia con la caridad, a todo aquel que esté en la tesitura de abortar, blasfemar, matar a un prójimo mediante la eutanasia, evitar el adulterio al no casarse, zafarse del falso testimonio o los perjurios con el manto de los derechos humanos, hay que perseguirlos mientras dejamos en paz a los ladrones. 


Y otra vez Usted al parecer puede robar impunemente, si lo hace sin escándalo y no le prueban que es terrorista y evita violar a los dueños de lo ajeno o convertirlos en mercancía, si son mujeres y niños. ¿Dónde aprendieron a robar los que además de cobrar sueldos mensuales que en toda su vida no tendría el ciudadano común, ni siquiera cumplen con su elemental obligación de servir al pueblo? ¿La falta de respeto a la ley la asimilaron en su infancia, en su juventud o son aprendices adultos? El robo es pues el caldo de cultivo de muchas otras cosas como lo es actuar en pandilla porque como decían los abuelos “tanto peca el que mata la vaca como el que le ata la pata”. Veremos si acaso con los miles de millones que tienen para garantizar nuestra seguridad empiezan a frenar este cáncer que esta matando a la sociedad.


[1] Con la finalidad de posicionar esta situación, en el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) consultar: “Robo en México: ¿un delito cotidiano? Análisis sobre sus tendencias y desafíos para visibilizar una gran variedad de robos que aquejan a la sociedad”.


[2]Recién enfrentamos este escenario con policías de la ciudad de Querétaro, que no presentaron a miembros de una banda que todo el año se han introducido a un hospital para robar cosas con las cuales se atiende a niños enfermos.


[3]Éxodo 20:15 y 17

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.



Más autores

Opinadores