Vecinos y oposición de Badalona claman contra una "barbaridad" que dispara la alarma turística

Colectivos vecinales y partidos de la oposición exigen una regulación firme ante el auge descontrolado de viviendas turísticas ilegales

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Preocupación creciente por el impacto de los pisos turísticos en Badalona. Foto: Ajuntament de Badalona

 

El debate sobre la proliferación de pisos turísticos en Badalona se intensifica. Numerosos vecinos, apoyados por organizaciones sociales y partidos de la oposición, denuncian que la expansión de este tipo de alojamientos está contribuyendo al encarecimiento de la vivienda, la especulación inmobiliaria y una pérdida de calidad de vida en los barrios.

El detonante ha sido la reciente prórroga de un año a la suspensión de nuevas licencias, aprobada el pasado mes de marzo por el Ayuntamiento, que ha venido acompañada de modificaciones normativas que preocupan profundamente a los sectores críticos.

 

Cambios normativos que abren la puerta a la especulación

Uno de los cambios más polémicos es la eliminación del veto en el frente marítimo para conceder nuevas licencias. Además, a partir de ahora, las viviendas de uso turístico deberán ubicarse exclusivamente en edificios destinados por completo a esa finalidad, una medida que, lejos de tranquilizar, ha encendido aún más las alarmas.

Desde la Plataforma contra los pisos turísticos en Badalona, integrada por asociaciones vecinales, el Sindicat de Llogateres y la FAVB, alertan de que, cuando decaiga la moratoria, se podría generar una situación de “barra libre para la especulación”. El temor se acrecienta ante el anuncio del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, de erradicar todos los pisos turísticos en la capital catalana en 2028, lo que podría desplazar la presión inmobiliaria hacia municipios como Badalona.

 

Una moción vecinal rechazada por la mayoría absoluta del PP

Con el objetivo de frenar esta tendencia, la plataforma presentó una moción en el Pleno municipal que proponía limitar y regular con firmeza las viviendas turísticas. A pesar del respaldo conjunto de PSC, ERC, En Comú Podem y Guanyem, la moción fue rechazada gracias a la mayoría absoluta que ostenta el alcalde Xavier García Albiol (PP).

La moción, defendida por la activista vecinal Ester Guillamet, pedía entre otras cosas:

  • Suspender la concesión de nuevas licencias.
  • Prohibir los pisos turísticos a partir de 2028, siguiendo el Decreto Ley 3/2023.
  • Crear un registro municipal obligatorio para identificar a los propietarios y controlar la actividad.
  • Establecer límites temporales más estrictos para que una vivienda vacía pueda ser sancionada (seis meses para grandes tenedores y un año para pequeños propietarios).
  • Aumentar la tasa turística y destinar los ingresos a políticas de vivienda.

 

Poner en marcha un plan de inspección municipal y un buzón de denuncias anónimo para que los vecinos puedan alertar sobre pisos turísticos ilegales.

 

Solo un 20% de las viviendas turísticas tienen licencia

Uno de los datos que más alarma genera entre la ciudadanía es que solo el 20% de los pisos turísticos en Badalona están legalizados. Según Guillamet, actualmente hay más de 1.000 viviendas operando como pisos turísticos, pero solo 224 cuentan con licencia oficial.

Desde los grupos de la oposición también se han lanzado críticas contundentes a la gestión del gobierno municipal. Dolors Sabater (Guanyem) ha calificado la nueva normativa como una “barbaridad”. Aida Llauradó (En Comú Podem) advirtió que, de no actuar, Badalona podría llegar a tener 22.000 pisos turísticos. Por su parte, Àlex Montornès (ERC) defendió que “las casas deben ser para vivir, no para especular” y reclamó más controles efectivos al concejal de Urbanismo, Daniel Gracia. También el socialista Fernando Carrera recordó que, una vez desaparezcan los pisos turísticos de Barcelona, quienes buscan sacar rendimiento económico se trasladarán al área metropolitana.

 

Una ciudad en riesgo de perder su identidad

Para los colectivos vecinales, el auge de las viviendas turísticas amenaza con transformar Badalona en un escenario similar al de otros puntos saturados por el turismo de corta estancia: aumento de los precios del alquiler, expulsión de vecinos, pérdida del comercio local y una convivencia cada vez más complicada en los barrios.

La demanda es clara: una regulación firme y valiente que anteponga el derecho a la vivienda al beneficio económico. De lo contrario, advierten, Badalona corre el riesgo de perder su esencia y convertirse en un nuevo campo de juego para la especulación inmobiliaria.

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