50.053 euros tirados a la basura en Barcelona tras una pacificación fallida en el barrio de Poble-sec
Una zona del Poble-Sec que se transformó hace solo seis meses de un entorno escolar situado en la calle Bòbila, se cortó el tráfico buscando que fuera una zona más segura, sin embargo, el efecto ha sido justo el contrario.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, está dando marcha atrás a algunas de las apuestas del urbanismo táctico de la ex alcaldesa Ada Colau tras constatar que no han sido efectivas. El nuevo alcalde empezó por quitar la ampliación de la acera de la calle Pelai, repitando el espacio y volviéndolo a destinar a aparcamiento de bicicletas, motos y autocares.
Ahora ha llegado el turno de una zona del Poble-Sec que se transformó hace solo seis meses. Se trata del entorno escolar situado en la calle Bòbila, donde se cortó el tráfico buscando que fuera una zona más segura. Sin embargo, el efecto ha sido justo el contrario: el alejamiento de los coches ha provocado que lleguen nuevos inquilinos a la plaza, concretamente personas incívicas que hacen botellón y tienen contínuas peleas. En este sentido, el entorno escolar que se quería pacificar ha acabado siendo más inseguro que nunca.
Según han explicado los vecinos los incívicos que han llegado a la calle provienen de la plaza Doctor Pere Franquesa, a escasos 10 metros, un lugar donde suelen ser habituales los botellones. Al pacificarse la calle Bòbila, los que antes hacían botellón en la plaza se movieron hacia ahí. "Estaban más cómodos, no hay más", sentencia un vecino.
Ahora, los vecinos que bajan a la calle presuntamente pacificada tienen que esquivar botellas de alcohol y botes de óxido nitroso, el gas de la risa. Incluso encontraron un cuchillo en una de las jardineras que se han colocado en la entrada del colegio.
El jueves el distrito informará a los vecinos sobre la nueva hoja de ruta. El plan del Ayuntamiento de Barcelona es que los coches vuelvan a circular por la calle, alejando a los incívicos que la han ocupado los últimos meses, aunque se podría restringir en las horas puntas - cuando salen o entran los estudiantes de la escuela Sant Francesc Xavier-. Cabe recordar que la supuesta pacificación de esta calle costó, en su momento, 50.053 euros, que se han tirado literalmente a la basura para que los vecinos encuentren realmante una paz en la convivencia colectiva del barrio.
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