La Sindicatura de Greuges de Barcelona alerta sobre la falta de cambiadores inclusivos
La labor de los diferentes gobiernos municipales ha convertido a Barcelona en una ciudad referente en temas de accesibilidad
La Sindicatura de Greuges de Barcelona recibió la queja de la madre de un niño con discapacidad que necesitaba un apoyo especial a la hora de ir al baño. La falta de cambiadores inclusivos en la capital catalana provoca que tanto ella, como otras personas en las mismas circunstancias, tengan que cambiarlos en el suelo de los baños de forma antihigiénica o bien en los bancos de la calle.
Actualmente, las cámaras higiénicas accesibles de la ciudad no disponen de literas ajustables en altura para poder realizar la transferencia de estas personas. Por tanto, la sindicatura ha recomendado instalar cambiadores específicos para cubrir esta carencia y garantizar que puedan hacer sus necesidades fisiológicas con un mínimo de seguridad y salubridad.
¿Qué es un cambiador inclusivo?
Hay personas que necesitan productos de soporte específico o la asistencia de otra persona para ir al baño y para atender a su higiene personal. El cambiador inclusivo es un elemento que dispone de espacio suficiente para una camilla que puede servir tanto para niños como para adultos, un baño regulable en altura, así como un inodoro y un sistema de raíles con grúa para las transferencias , entre otros.
Para el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD) el concepto de cambiador adaptado o inclusivo hace referencia a un cambiador que dispone de todos los dispositivos y requisitos para que una persona con discapacidad física pueda hacer uso de forma autónoma o con el apoyo de terceras personas.
Baños adaptados para personas con discapacidad en los equipamientos municipales
Para dar cumplimiento al artículo 5 de la Ley 13/2014, de 30 de octubre, de accesibilidad de Cataluña, que asigna a los municipios la competencia de elaborar, aprobar y ejecutar un plan de accesibilidad, en 2017 se aprobó la Medida de Gobierno para la elaboración del plan de accesibilidad universal de Barcelona. Este Plan consta de tres fases: el diagnóstico, la propuesta de soluciones tipos y la planificación e implantación.
En 2020 se llevó a cabo la primera fase de este plan y se hizo la diagnosis de la accesibilidad, entre otros, de los baños de los equipamientos y servicios. Los servicios higiénicos de los equipamientos municipales examinados fueron los de los Mercados Municipales, Centros de Servicios Sociales, Oficinas de Atención a la Ciudadanía, Centros Cívicos, Centros Deportivos Municipales y Bibliotecas. De acuerdo con el resultado de esta diagnosis, el IMPD ha realizado una serie de recomendaciones que habría que ir desplegando.
Entre ellas, revisar la apertura de puertas, posibilitar la transferencia laterales a ambos lados de los inodoros, colocar dispositivos de llamada de asistencia, mejorar la señalética con contraste, relieve y Braille, velar por la accesibilidad de pequeñas instalaciones de los servicios higiénicos (manijas de las puertas, grifos, espejos, pestillos, etcétera).
En la segunda fase del Plan corresponde implementar las soluciones tipos que han sido valoradas conjuntamente con la Red de Accesibilidad y Vida Independiente (XAVI) formada por personas con discapacidad y entidades del sector y miembros del Acuerdo ciudadano por una Barcelona inclusiva. No se tienen todavía los resultados de la tercera fase consistente en la planificación e implementación de las actuaciones necesarias para dar cumplimiento a los objetivos del plan.
Sin embargo, se ha puesto de manifiesto la inexistencia de cambiadores inclusivos en los equipamientos municipales. El único ejemplo de cambiador adaptado o inclusivo es el Módulo que en los últimos años, se ha instalado en dos playas de Barcelona (Nueva Icaria y Sant Miquel).
Vulneración del derecho a la intimidad o la dignidad como personas
La inexistencia de cambiadores inclusivos comporta que las personas que requieren asistencia para ir al baño deban limitar sus salidas a lugares cercanos a sus domicilios o, directamente, quedarse en casa. Esto supone una vulneración de su derecho a la intimidad o la dignidad como personas. Sin obviar que limitar esta movilidad también tiene afectaciones sobre el derecho al ocio, la cultura o el deporte.
Para garantizar los derechos a la intimidad y la dignidad de las personas con discapacidad, la Sindicatura de Greuges de Barcelona cree necesario que se valore la posibilidad de instalar literas regulables en altura y, en su caso, abatibles en todos aquellos espacios municipales en los que exista la posibilidad de hacerlo.
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