Vallcarca, en el epicentro de la controversia: urbanismo, desalojos y resistencia vecinal
El barrio de Vallcarca, en Barcelona, se encuentra nuevamente en el centro de la polémica debido a un conflicto urbanístico que ha reavivado tensiones entre el Ayuntamiento y diversos colectivos vecinales
El reciente desalojo de un asentamiento de chabolas y la ocupación temporal de un edificio por parte de activistas han puesto de manifiesto las discrepancias en torno al futuro del barrio.
El pasado jueves, la Guardia Urbana de Barcelona desalojó un asentamiento de chabolas en Vallcarca, donde residían unas 30 personas, tras un incendio que evidenció riesgos para la seguridad. La intervención, respaldada por los Mossos d'Esquadra, se enmarca en un proyecto urbanístico que contempla la construcción de un parque, viviendas y una "rambla verde".
En respuesta, activistas del barrio ocuparon temporalmente un edificio en la avenida República Argentina con la intención de proporcionar alojamiento a los desalojados. Sin embargo, ante la presencia policial, decidieron abandonar el inmueble, que posteriormente fue tapiado por operarios municipales.
El proyecto de la "rambla verde" y las críticas vecinales
El plan urbanístico, que data de 2002 y ha sido reactivado por el alcalde Jaume Collboni, prevé la creación de una "rambla verde" que conecte la plaza de Lesseps con Collserola, incluyendo la construcción de 522 viviendas, de las cuales 204 serían públicas. El Ayuntamiento ha destinado 7,6 millones de euros para expropiar cuatro fincas que albergan a 15 familias y negocios.
Sin embargo, colectivos vecinales y movimientos alternativos critican la falta de diálogo y participación en el proceso, así como el riesgo de gentrificación y desplazamiento de residentes. Argumentan que la degradación urbanística ha facilitado ocupaciones y que la transformación propuesta podría beneficiar a intereses especulativos.
Una transformación en disputa
El conflicto en Vallcarca refleja las complejidades de la regeneración urbana en contextos marcados por la vulnerabilidad social y la falta de consenso. Mientras el Ayuntamiento defiende la necesidad de actuar ante situaciones de infravivienda y promover espacios públicos de calidad, parte de la comunidad exige soluciones habitacionales adecuadas y una planificación inclusiva que respete la identidad del barrio.
La situación en Vallcarca continúa evolucionando, con el Ayuntamiento avanzando en los trámites urbanísticos y los colectivos vecinales manteniendo su oposición a lo que consideran una transformación impuesta y excluyente.
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