El infierno que llega a Barcelona: olas de calor de hasta 19 días y noches a 30 °C
La capital catalana vivirá más de 4 olas de calor al año con récords históricos
Barcelona se enfrenta a un escenario climático cada vez más extremo. Así lo advierte el proyecto ICARIA, en el que participa el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que pronostica un aumento alarmante de las temperaturas tanto diurnas como nocturnas. Según el informe, los próximos años traerán un incremento exponencial de los días de calor (más de 30 °C), de calor extremo (más de 35 °C) y una multiplicación de las noches tropicales (más de 20 °C), tórridas (más de 25 °C) e incluso roentes (más de 30 °C).
Los datos hablan por sí solos. En los escenarios más probables, se prevé un aumento de 74 noches tropicales al año, cifra que podría superar las 87 en el peor de los casos. En cuanto a las noches tórridas, se pronostican hasta 47 más por año —e incluso 60 si no se toman medidas drásticas—, cuando en 2015 apenas se registraban 20. También se estima un aumento de 70 días de calor y 20 de calor extremo anuales. Además, las olas de calor no solo serán más frecuentes (más de cuatro al año), sino también más duraderas, con picos de hasta 19 días consecutivos.
Esta situación tendrá impactos directos sobre la salud pública, las infraestructuras, el riesgo de incendios forestales y la planificación urbana. Los nuevos datos climáticos del proyecto ICARIA, desarrollados con la colaboración de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), permiten elaborar proyecciones más precisas hasta el año 2100. Las estimaciones actualizadas se basan en escenarios del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que incluyen no solo las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también variables socioeconómicas que ayudan a modelizar los efectos del cambio climático de forma más completa.
En este contexto, la AMB ha anunciado un refuerzo de sus medidas de adaptación. Este año, la red de espacios de refugio climático alcanzará los 244 puntos, un 31 % más que el año anterior. Gracias a la recuperación del riego en parques tras la sequía, muchos de estos espacios vuelven a estar operativos como lugares seguros ante las altas temperaturas. Son esenciales para reducir el efecto isla de calor urbana y proteger a la población más vulnerable.
En el área metropolitana de Barcelona, se calcula que unas 526.000 personas —alrededor del 16 % de la población— son especialmente vulnerables al calor. De ellas, un 30 % no puede asumir el coste de la factura energética, lo que limita su capacidad de protección ante temperaturas extremas. Por ello, la AMB subraya que sus políticas contra el cambio climático están integradas de forma transversal en todos sus ámbitos de actuación: desde la transición energética hasta la gestión del agua, pasando por el urbanismo, la movilidad y la gestión de residuos.
30.000 muertes más al año por calor en Europa
Cabe recordar que los expertos ya han alertado del ritmo acelerado al que se calienta Europa. Según el informe sobre el estado del clima 2024 del servicio Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el continente europeo se calienta a un ritmo más del doble de la media mundial. Y el IPCC advierte que si se supera un calentamiento global de 1,5 °C, podrían producirse hasta 30.000 muertes adicionales al año por calor extremo solo en Europa.
El proyecto ICARIA muestra que el tiempo para actuar se acorta y que los escenarios actuales son aún más pesimistas que hace una década. Si no se acelera el cambio en las políticas públicas, en las prácticas empresariales y en los hábitos ciudadanos, Barcelona podría registrar un aumento de hasta 3,7 °C en el año 2100. El calor deja de ser un fenómeno puntual del verano: se convierte en una amenaza constante que ya condiciona el presente y definirá el futuro del territorio metropolitano.
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