¡Barcelona podría multarte por cantar o gritar en la calle! Hasta 60.000 € por hacer ruido

El Ayuntamiento de Jaume Collboni prepara una ordenanza que endurece las sanciones por ruido: hablar alto, llevar altavoces o cantar en la vía pública podría salir muy caro

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Barcelona se prepara para dar un paso firme contra la contaminación acústica y las molestias en la vía pública. El gobierno municipal, encabezado por el alcalde Jaume Collboni, trabaja en un anteproyecto de reforma de la Ordenanza del Civismo que incluiría como falta grave acciones tan cotidianas como gritar, cantar o utilizar altavoces con música en zonas catalogadas de alta sensibilidad acústica.

Según ha avanzado El Periódico, el Ayuntamiento busca actualizar la normativa vigente para endurecer las sanciones contra comportamientos ruidosos, especialmente en áreas donde el descanso vecinal se ve constantemente alterado. Si se aprueba, la nueva normativa podría entrar en vigor a finales de 2025 o principios de 2026.

Sanciones más duras: hasta 60.000 euros por hacer ruido

Actualmente, este tipo de conductas ya se sancionan, pero con la nueva ordenanza se elevaría su gravedad, convirtiéndolas en faltas graves. Las multas podrían oscilar desde los 750 hasta los 60.000 euros, dependiendo del impacto y la reincidencia del infractor.

Entre las conductas que se penalizarían con mayor severidad están:

  • Gritar o hablar en voz alta en zonas residenciales durante la noche.
  • Cantar en la calle, especialmente en zonas turísticas sensibles.
  • Usar altavoces o amplificadores de sonido en espacios públicos sin autorización.

La medida pretende reducir el ruido nocturno, una de las principales quejas de los vecinos, especialmente en barrios como el Gòtic, Born, Gràcia o el Eixample, donde la vida nocturna y el turismo generan constantes conflictos por el descanso.

Más control sobre el espacio público

El Ayuntamiento insiste en que no se trata de limitar la libertad de expresión, sino de garantizar el derecho al descanso y a la convivencia ciudadana. Desde el consistorio se subraya que “la ciudad debe encontrar un equilibrio entre el ocio y la vida cotidiana de los barceloneses”.

La modificación de la ordenanza forma parte de un plan más amplio del gobierno municipal para reforzar la convivencia, reducir el incivismo y avanzar hacia una ciudad más habitable. Además de las nuevas multas por ruido, el consistorio estudia otras medidas relacionadas con el uso del espacio público.

¿Qué opinan los vecinos?

El endurecimiento de la normativa ha generado opiniones divididas. Mientras algunos vecinos aplauden la iniciativa por proteger el descanso, otros alertan sobre una posible criminalización del comportamiento ciudadano.

Organizaciones vecinales, especialmente en zonas turísticas, reclaman desde hace años una actuación más firme contra el ruido y el turismo descontrolado. Por su parte, algunos colectivos culturales y juveniles temen que la nueva normativa pueda afectar actividades artísticas callejeras o encuentros sociales espontáneos.

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