La degradación en Sant Antoni: comerciantes y vecinos denuncian un dramático empeoramiento y exigen medidas urgentes
La situación de degradación en el barrio de Sant Antoni ha alcanzado un punto crítico, según denuncian conjuntamente entidades, comerciantes y vecinos de la zona.
La convivencia en el barrio de Sant Antoni ha alcanzado un punto "insostenible", según un comunicado emitido por Sant Antoni Comerç (SAC) y respaldado por entidades y vecinos. Un "profundo disgusto e indignación" ante un deterioro progresivo marcado por la inseguridad, el sinhogarismo, la venta y consumo de drogas, la falta de limpieza, el incivismo y la venta ambulante ilegal.
Un deterioro constante y visible en las calles
La denuncia de comerciantes y entidades detalla un rápido deterioro de la situación en las calles del barrio:
Mercado y miseria en Ronda Sant Pau: Se reporta la presencia permanente de vendedores ambulantes con productos de "procedencia dudosa" y objetos recogidos de los escombros, lo que afecta a los establecimientos legales y contribuye a la suciedad y degradación.
Venta ilegal de alimentos y servicios: Se ha documentado la venta de pescado sin garantías sanitarias, así como frutas y verduras en plena calle. También se han visto servicios como un "peluquero cortando el cabello en plena vía pública".
Consumo y tráfico de drogas: Se ha observado un incremento "considerable" del consumo de drogas, especialmente heroína y crack, en la vía pública. Se han encontrado hasta seis jeringuillas en un banco de la superilla, cerca del mercado. Los vecinos afirman encontrarse habitualmente con grupos de personas consumiendo estupefacientes.
Degradación del espacio público: A pesar de las obras de mejora realizadas en Sant Antoni, se constata que "muchas de estas infraestructuras ya están estropeadas o degradadas". Los vecinos señalan que, en lugar de plantas y flores, el barrio a menudo presenta "olor a orina".
Inseguridad por actividades informales: Se han identificado grupos que utilizan el espacio público para jugar a fútbol y otros juegos sin respetar horarios ni el descanso de los vecinos, lo que genera inseguridad.
Un año de reclamaciones
Sant Antoni Comerç ha precisado que lleva más de un año reclamando soluciones ante las administraciones públicas, desmintiendo "rotundamente" rumores y acusaciones que cuestionan su compromiso. Desde abril de 2024, la asociación ha mantenido reuniones y contactos con el Ayuntamiento de Barcelona, incluyendo al teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle, la Guardia Urbana, los Mossos d'Esquadra y el Distrito del Eixample. A pesar de la visibilidad que los propios vecinos del barrio logran a través de blogs y redes sociales, publicando constantemente fotografías y vídeos de la degradación, esta actividad no se traduce, según perciben, en una respuesta efectiva por parte del Ayuntamiento o la policía.
Exigencia de colaboración y medidas estructurales
Las entidades comerciales han insistido en la necesidad de un plan de medidas urgentes que combine seguridad y limpieza con políticas sociales. El Ayuntamiento, por su parte, ha informado que desde hace meses "se han reforzado todos los servicios" en la zona, y que Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana "han incrementado el patrullaje a pie".
También se plantea intensificar la labor de los equipos de atención social y educadores de la Agencia de Salud Pública. Albert Batlle tiene previsto reunirse de nuevo con los comerciantes en septiembre. En el debate público, otras voces como la Taula Comunitària han pedido "parar y rebatir los discursos" que vinculan el sinhogarismo con la delincuencia, reivindicando la solidaridad. Jordi Arias, presidente de Sant Antoni Comerç, reitera la disposición de su asociación a colaborar y exige a las administraciones que no "ajornen más una respuesta estructural y coordinada" a los problemas que afectan la vida diaria en el barrio.
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