La red de agua subterránea amplía su capacidad en un 20% y suma 60 piscinas olímpicas
La ciudad ha aumentado notablemente su capacidad de agua freática, reforzando el riego de parques y la limpieza urbana. El proyecto, que finalizará en 2026, forma parte del Pla Endreça para mejorar la resiliencia hídrica.
La ampliación de la red de agua freática representa una de las mayores intervenciones en infraestructura hidráulica de los últimos años. Con un incremento del 20% de la capacidad de almacenamiento subterráneo, la ciudad podrá aprovechar 150.000 metros cúbicos adicionales, equivalentes a 60 piscinas olímpicas, destinados principalmente al riego de parques, jardines y limpieza de calles. Según fuentes municipales, “esta mejora nos permitirá gestionar de manera más eficiente los recursos hídricos y proteger las zonas verdes durante los periodos de sequía”.
El proyecto responde a la necesidad de modernizar la infraestructura, garantizar la sostenibilidad urbana y reducir la dependencia de fuentes externas de agua potable, adaptándose a los retos del cambio climático y a las previsibles olas de calor y periodos secos.
Áreas intervenidas y resultados inmediatos
Hasta la fecha, se han finalizado las obras en tres áreas clave: el sistema de Alfons el Magnànim, donde se han renovado las cañerías de distribución; el sistema de Palau Reial, con la construcción de una nueva conducción que atraviesa la avenida Diagonal; y el tramo de la Diagonal con la calle Consell de Cent, donde la red se ha ampliado para cruzar el passeig de Sant Joan. Estas intervenciones han mejorado la presión y la fiabilidad del suministro de agua, así como la capacidad de riego en zonas con alta densidad urbana.
Técnicos responsables de la obra han afirmado: “Con la finalización de estos tres ámbitos, podemos asegurar que los parques y jardines disponen de agua suficiente incluso en los días de mayor demanda”.
Proyectos en desarrollo y horizonte 2026
Aún restan tres áreas de actuación. En Can Batlló y el Eixample se están adaptando cañerías y depósitos, con finalización prevista para octubre de este año, mientras que el sistema Montjuïc concluirá en el primer trimestre de 2026 tras la construcción de tres nuevos depósitos. “Estamos trabajando para garantizar que cada barrio disponga de suficiente agua subterránea, anticipándonos a futuras necesidades climáticas”, han destacado responsables del proyecto.
Estas intervenciones buscan no solo incrementar la capacidad, sino también reforzar la resiliencia de la red ante posibles fallos o periodos prolongados de sequía, evitando cortes de suministro y optimizando la eficiencia del recurso.
Inversión y compromiso con la sostenibilidad
La inversión total destinada al proyecto asciende a 20 millones de euros, enmarcada dentro del Pla Endreça. El objetivo es incrementar en 21 hectáreas las zonas verdes regadas con agua freática, contribuyendo a una ciudad más sostenible y preparada frente a los desafíos climáticos. “Con estas actuaciones, la ciudad se posiciona como más preparada frente al cambio climático y sus efectos sobre los recursos hídricos”, explican desde el Ayuntamiento.
El proyecto también incluye mejoras en la gestión de los depósitos, modernización de válvulas y sistemas de control, y una supervisión constante que permitirá ajustar los caudales de manera automática según la demanda de riego y limpieza urbana.
Impacto en la vida cotidiana
El aumento de la capacidad subterránea tendrá un efecto tangible para los ciudadanos: calles más limpias, parques mejor mantenidos y jardines con menor riesgo de sufrir estrés hídrico en periodos de calor extremo. Además, la optimización del recurso reduce el consumo de agua potable y contribuye a una gestión más eficiente de la red urbana, disminuyendo costes energéticos y emisiones asociadas al bombeo y transporte de agua.
Expertos en urbanismo han señalado: “Invertir en agua freática no solo protege las zonas verdes, sino que también refuerza la autonomía de la ciudad frente a cambios climáticos, asegurando un suministro fiable y sostenible”.
Una infraestructura clave para la resiliencia urbana
La ampliación de la red subterránea no solo mejora la disponibilidad de agua, sino que constituye un ejemplo de planificación urbana estratégica. En un contexto de aumento de temperaturas, olas de calor y sequías más frecuentes, la ciudad demuestra que la gestión de recursos hídricos es un pilar fundamental para garantizar calidad de vida, sostenibilidad y seguridad.
El Ayuntamiento ha destacado que este proyecto servirá como modelo para futuras intervenciones en otras áreas urbanas, combinando tecnología, eficiencia y previsión ante fenómenos climáticos extremos. “La ciudad se adelanta a los retos del futuro y asegura que sus espacios verdes y servicios urbanos estén preparados para cualquier escenario”.
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