Verano y tattoos: ¿Es seguro ir a la playa o piscina con un tatuaje o piercing recién hecho?
Es una de las grandes dudas... las respuestas, en este artículo
Lucir piercings o tatuajes está a la orden del día en todos los grupos de edad. Se trata de prácticas seguras si se hacen en los establecimientos adecuados y siguiendo las recomiendaciones de cuidado y tratamiento. Sin embargo, a veces se producen ciertas complicaciones como reacciones alérgicas, picazón, hinchazon o infección del área tatuada o perforada.
Estas complicaciones no pueden predecirse y dependen básicamente de los cuidados que aplique cada persona, así como de la experiencia de quien la practique y de las condiciones higiénicas en las que tiene lugar la realización explica el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.
Además, las complicaciones pueden variar en función de la zona del cuerpo en la que se sitúen. "En el caso de piercings, los problemas que pueden darse son picor o escozor de la zona perforada, posible inflamación temporal de la zona o reacciones alérgicas al material del pendiente. En los peores casos, se puede producir una infección que, en determinadas ocasiones, conlleva retirar la pieza de joyería", resume el experto. En tatuajes, además de picazón o escozor e infección, en casos más extremos, pueden aparecer hongos en la piel, o reacciones alérgicas a la tinta utilizada.
Para cuidar correctamente un piercing o tatuaje es importante elegir un establecimiento debidamente certificado, que cumpla con todos los requerimientos legales y nos dé garantías de higiene y seguridad. También es esencial seguir las recomendaciones de lavado y curación que se indican en estos centros: lavar la zona tatuada o perforada tres veces al día con agua y jabón neutro -nunca con alcohol o agua oxigenada-; después, secar la zona de forma suave con una toalla limpia y aplicar una crema adecuada para su cuidado y evolución.
En el caso de tatuajes, es preferible optar por usar ropa más amplia, que no oprima la zona tatuada; y con los piercings, es mejor elegir prendas que no se enganchen en la joyería y que puedan provocar un desgarro en caso de que se queden trabadas. En ambos casos, es recomendable preguntar en el centro o en la oficina de farmacia qué pasos debemos seguir.
En el caso de la realización de tatuajes y ante la llegada del buen tiempo, el doctor recuerda el impacto nocivo que tienen las radiaciones solares sobre la piel en general "y, especialmente, en la tatuada, que no deja de ser una herida cutánea en proceso de cicatrización". Por eso, ante un tatuaje reciente, es preferible evitar exponer esa zona al sol, para protegerla y que los rayos no afecten a esa cicatrización.
Si es inevitable, hay que aplicar siempre un fotoprotector de, al menos, factor 50 antes de la exposición y reaplicarlo cada poco tiempo para evitar posibles complicaciones. "De hecho --prosigue--, existen productos y fotoprotectores específicos para la piel tatuada, que podemos adquirir en la farmacia, y que es recomendable utilizar si vamos a realizar actividades al aire libre".
Respecto a los baños en piscinas, playas, ríos y pantanos, el doctor señala que incluso en las aguas más tratadas, como las piscinas, puede haber microorganismos y otras partículas que pueden generar complicaciones en una piel tatuada o perforada, ya que se encuentra aún en periodo de cicatrización y el riesgo de infecciones aumenta. Por ello, es recomendable no bañarse durante el primer mes tras la realización del piercing o tatuaje.
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