Los humanos estuvimos al borde de la extinción: 1.280 individuos evitaron el fin de la especie

Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Science ha revelado uno de los capítulos más oscuros y desconocidos de la historia de la humanidad: hace aproximadamente 900.000 años, los ancestros de los seres humanos modernos estuvieron al borde de la extinción total. Según los investigadores, la población se redujo drásticamente hasta llegar a tan solo 1.280 individuos reproductores, una cifra crítica que se mantuvo durante 117.000 años.

¿Qué ocurrió hace 900.000 años?

Los científicos responsables del estudio —procedentes de China, Italia y Estados Unidos— han desarrollado un nuevo modelo computacional que analiza información genética de 3.154 genomas humanos actuales. A través de esta herramienta, descubrieron una pérdida del 98,7% de la diversidad genética en los ancestros humanos, lo que indica un colapso poblacional masivo.

El llamado "cuello de botella genético" coincide con un vacío en el registro fósil y podría haber sido crucial en el surgimiento de una nueva especie de homínido: el ancestro común de los humanos modernos (Homo sapiens) y los neandertales.

¿Por qué casi desaparecimos?

Aunque no se ha identificado una causa exacta, los investigadores apuntan a que el cambio climático en África, que se volvió mucho más frío y seco durante ese periodo, habría desempeñado un papel clave en la casi extinción. Este acontecimiento ocurrió durante la transición del Pleistoceno medio, una época marcada por largos períodos glaciares, temperaturas extremas y condiciones muy áridas.

Según el Dr. Yi-Hsuan Pan, autor principal del estudio, esta situación plantea nuevas incógnitas: “¿Dónde vivieron esos individuos? ¿Cómo superaron los cambios catastróficos? ¿La selección natural aceleró la evolución del cerebro humano durante ese período crítico?”

La huella genética de nuestros ancestros

Los investigadores han podido rastrear las consecuencias de este evento extremo en la genética de las poblaciones humanas actuales, especialmente en aquellas con ascendencia no africana. Aunque la población real pudo haber sido algo mayor, solo esos 1.280 individuos lograron reproducirse con éxito y transmitir sus genes a las siguientes generaciones.

Este estudio no solo reescribe lo que sabíamos sobre la evolución humana, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre cómo los eventos climáticos extremos han moldeado nuestro linaje y podrían seguir haciéndolo en el futuro.