Un análisis de ADN revela secretos de dos humedales catalanes: 60 especies detectadas, invasoras incluidas
SEO/BirdLife identifica fauna protegida y exótica en Ullals de la Carrova y les Llobateres gracias al uso de ADN ambiental. La técnica permite radiografiar ecosistemas invisibles a los métodos tradicionales.
Más de 200 registros genéticos y 60 especies diferentes han salido a la luz en dos enclaves naturales de Catalunya gracias al proyecto Tresors d’Aigua Dolça que lidera la ONG SEO/BirdLife. Mediante una innovadora técnica de análisis de ADN ambiental, se ha logrado detectar tanto fauna autóctona como especies invasoras en los Ullals de la Carrova (Delta de l’Ebre, Tarragona) y la antigua cantera de les Llobateres (Sant Celoni, Barcelona), sin necesidad de métodos invasivos como la pesca eléctrica.
La investigación, que se prolongará hasta 2027, tiene como objetivo principal mejorar la gestión y restauración ecológica de estos espacios húmedos a través de la ciencia genética. A pesar de los datos disponibles sobre aves o mariposas, los organismos acuáticos más discretos como peces, anfibios o invertebrados siguen siendo poco conocidos. Por ello, esta técnica ha cobrado especial valor.
¿Cómo funciona el análisis genético ambiental?
La herramienta empleada, conocida como metabarcoding, permite analizar el ADN presente en el agua —proveniente de escamas, plumas, heces o pelo— para identificar qué organismos habitan un ecosistema. Cada muestra se obtiene filtrando dos litros de agua y extrayendo el material genético contenido.
"Uno de los aspectos más relevantes es que esta técnica se ha democratizado y existen kits comerciales que permiten a entidades conservacionistas o gestoras de espacios naturales recoger muestras y enviarlas a laboratorio", señala el técnico de SEO/BirdLife, Ander Achotegui.
Este método es rápido, sencillo y eficaz. Permite obtener información de grupos muy variados sin interferir en el entorno ni exigir grandes recursos logísticos. Sin embargo, también tiene limitaciones: no permite estimar abundancia y puede ser imprecisa con ciertos invertebrados por la escasa liberación de ADN o la falta de datos de referencia.
Especies detectadas: esperadas, sorpresas y alertas
Los primeros resultados han revelado 56 registros de vertebrados que corresponden a 30 especies distintas y 154 registros de invertebrados, también con al menos 30 especies diferenciadas. En el análisis aparecen especies esperadas como la anguila europea, la gineta o el cangrejo rojo americano.
Pero también ha habido hallazgos inesperados: carpa, perca y siluro, especies exóticas cuya presencia puede alterar gravemente el equilibrio ecológico, sobre todo en perjuicio de los anfibios. Además, se ha encontrado ADN compatible con coipú, colmilleja y perdiz roja, aunque su presencia aún debe confirmarse mediante métodos convencionales.
Luces y sombras en el estado ecológico de los humedales
Más allá de las especies detectadas, la ausencia de algunas clave como la nutria, las libélulas o los efemerópteros —grupos altamente sensibles a la calidad del agua— ha encendido las alarmas. SEO/BirdLife advierte que esto plantea interrogantes sobre el estado ecológico actual de estos hábitats y subraya la importancia de continuar el seguimiento.
"Nos permite hacer una radiografía rápida y eficaz de la biodiversidad acuática. Es un recurso valioso para detectar amenazas como especies invasoras, pero también para descubrir y encontrar indicios sobre especies protegidas o poco conocidas que deben ser tenidas en cuenta en los planes de gestión", concluye Achotegui.
Un nuevo paradigma en la restauración de ecosistemas
La ONG considera que el ADN ambiental ofrece una base de conocimiento crucial para una restauración ambiental más precisa y ajustada a las realidades ecológicas de cada enclave. Esta técnica se presenta como una aliada indispensable en contextos donde la falta de información previa o las dificultades técnicas obstaculizan los métodos tradicionales de diagnóstico.
Así, Tresors d’Aigua Dolça se consolida como un proyecto pionero en la gestión sostenible de humedales, demostrando que la ciencia genética puede ser clave para proteger, restaurar y comprender mejor algunos de los ecosistemas más amenazados de Catalunya.
Escribe tu comentario