Los hospitales catalanes se consolidan como fábricas de innovación gracias al talento clínico

Un informe de Mobile World Capital Barcelona revela que los hospitales catalanes lideran la creación de ‘spin-offs’ biomédicas en España. Vall d’Hebron y Clínic se sitúan entre los 20 centros más emprendedores del país.

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Archivo - Las investigaciones en hospitales impactan en el tejido empresarial.
Las investigaciones en hospitales impactan en el tejido empresarial. - David Zorrakino - Europa Press - Archivo

 

La relación entre ciencia, empresa y salud ha dejado de ser un sueño de laboratorio. En Catalunya, los hospitales están demostrando que la investigación clínica no solo salva vidas, sino que también impulsa un modelo de economía basada en el conocimiento. Así lo demuestra el último informe de Mobile World Capital Barcelona (MWCapital), que radiografía cómo la transferencia tecnológica hospitalaria se ha convertido en una de las principales fuentes de innovación del país.

 

La nueva frontera de la innovación biomédica

El director de Transferencia Tecnológica de MWCapital, Albert Mascarell, destaca que los hospitales han pasado de ser espacios de investigación sanitaria a auténticos viveros empresariales. “Históricamente, las universidades y hospitales de Catalunya y Madrid son los que han acumulado más presupuesto y han sido más tractores, lo que explica en parte que sean los territorios más creadores de empresas”, subraya en declaraciones a Europa Press.

El informe “El ecosistema de spin-offs deep tech en España 2025” revela que Catalunya y Madrid concentran más de la mitad de estas empresas, con un 28,2% y un 23,7% respectivamente. En el caso catalán, el documento señala una especialización en campos como el diagnóstico molecular, los biomateriales, la bioinformática y las plataformas biotecnológicas. Todo ello, apuntan, responde a “la fortaleza del ecosistema biomédico, la densidad de centros de investigación de excelencia y la conexión con la industria digital”.

 

De la pipeta al mercado: un proceso largo, pero fructífero

Pese a los resultados, Mascarell recuerda que la creación de una empresa derivada de una investigación científica es un camino de fondo. “No es un fenómeno inmediato, el proceso desde la idea científica hasta su llegada al mercado puede durar entre cinco y diez años de media”, explica.

Entre los ejemplos más destacados figura Nema Health, una spin-off del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) que trabaja en inmunoterapias aplicadas tanto a la salud humana como animal. Su creación, en 2024, fue el resultado de seis años de investigación continuada. Pero incluso después de constituirse, las nuevas empresas requieren otros tres a cinco años para conseguir la financiación que les permita salir adelante, muchas veces con la ayuda de programas públicos de apoyo.

 

Vall d’Hebron y Clínic: dos polos de creación científica

El estudio sitúa al Hospital Vall d’Hebron entre los grandes impulsores del emprendimiento científico: entre 2001 y 2023, su instituto de investigación participó en la creación de 15 empresas. Junto a él, el Hospital Clínic de Barcelona figura también entre los 20 centros más prolíficos de España en este ámbito, y encabezan el listado si se cuentan únicamente los hospitales.

Mascarell sostiene que ambos han comprendido que “la ciencia no debe quedarse sólo en el hospital”. Disponen, añade, de “acceso a pacientes, quirófanos y biobancos de material, una amalgama de parámetros que hace prever que harán realidad muchas más spin-offs en los próximos años”.

 

Un marco legal que impulsa la transferencia

El responsable de MWCapital valora especialmente los cambios normativos recientes, como la reforma de la Ley de la Ciencia y la Ley de Startups (2022), así como los sexenios de transferencia, que reconocen la labor de los investigadores que transforman su trabajo en valor económico y social.

Para Mascarell, estos avances son esenciales para consolidar una cultura de innovación hospitalaria profesionalizada, en la que el conocimiento científico se traduzca en progreso. “Fomentan una cultura asociada a la transferencia tecnológica en hospitales e institutos de investigación”, asegura, convencido de que este modelo situará a España —y a Catalunya en particular— en la vanguardia europea de la biotecnología.

 

De la investigación al impacto social

El nuevo panorama demuestra que la innovación sanitaria catalana no solo busca curar enfermedades, sino también generar economía, empleo y conocimiento. Con un ecosistema que une hospitales, universidades y empresas tecnológicas, Catalunya refuerza su posición como un referente internacional en biomedicina aplicada.

Lejos de ser una moda, la creación de spin-offs en los hospitales apunta a una transformación estructural: la ciencia, cada vez más, se convierte en motor directo de desarrollo social y económico.

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