Los graves problemas de movilidad del Rey Emérito: Juan Carlos I camina con mucha dificultad

Don Juan Carlos ha puesto punto final a su estancia de 6 días en Sanxenxo, en la que ha vuelto a evitar cualquier declaración sobre la demanda por intromisión al honor que mantiene contra Miguel Ángel Revilla. El Rey Emérito no se presentó al acto de conciliación celebrado el pasado viernes 16 de mayo en los Juzgados de Santander, un trámite no obligatorio, que terminó sin acuerdo después de que el expresidente cántabro se reafirmara en sus palabras. El monarca reclama 50.000 euros de indemnización por las declaraciones públicas de Revilla.

Durante su estancia en la localidad pontevedresa, el padre de Felipe VI ha estado acompañado por su hermana, la infanta Margarita, y ha participado activamente en las regatas del fin de semana. En tono distendido, llegó a bromear con los medios asegurando que "hacía mucho" que no iba a Santander, mientras destacaba entre risas que en Sanxenxo "hace mejor tiempo".

Antes de regresar a Abu Dabi, su actual residencia, Don Juan Carlos acudió como es habitual al Club Náutico de Sanxenxo, donde se mostró sonriente, aunque evitó responder a las preguntas sobre el proceso judicial que previsiblemente lo enfrentará en juicio a Revilla.

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención en esta visita han sido las visibles dificultades de movilidad del Emérito. Necesitó bastón y asistencia de su entorno cercano tanto para bajar del coche como para acceder a la embarcación Cristina. Las mismas ayudas fueron necesarias a su regreso al puerto, donde caminó con dificultad mientras se despedía de la localidad gallega.