Polémica en la Casa Real por un detalle que no pasó desapercibido en su web

Un nuevo fallo en la web oficial de la Casa de Su Majestad el Rey ha reavivado las críticas sobre la gestión digital de la institución. Esta vez, el error ha sido especialmente llamativo: el nombre de la reina Letizia aparecía escrito incorrectamente en el árbol genealógico publicado en la sección institucional del sitio. En lugar de “Letizia”, figuraba como “Leticia”.

El medio Monarquía Confidencial ha sido el primero en advertir este nuevo desliz, que ha generado sorpresa incluso dentro de los entornos próximos a Zarzuela, al tratarse de la reina consorte, una figura cuya identidad y nombre están más que consolidados en documentos oficiales y medios de comunicación.

Un error recurrente en una web institucional con problemas históricos

No es la primera vez que la web de la Casa del Rey está en el punto de mira. Según ha informado también Monarquía Confidencial en otras ocasiones, ya se detectaron errores previos como la eliminación de la reseña del divorcio de la infanta Elena, lo que generó polémica en su momento.

Además de este caso concreto, se han señalado otras inexactitudes, fallos tipográficos y falta de actualización en secciones relevantes como agendas oficiales, fotografías institucionales y documentos de carácter histórico.

Aunque el sitio ha sido rediseñado en varias ocasiones, los problemas de rigor y mantenimiento parecen persistir.

Falta de recursos y gestión limitada

Fuentes cercanas a la institución explican que el equipo encargado de mantener y actualizar la página web es reducido y depende directamente de Patrimonio Nacional, lo que complica una revisión exhaustiva de los contenidos publicados.

Aun así, voces internas de Zarzuela han mostrado su preocupación por la reiteración de estos errores: “No deben darse más”, advierten a Monarquía Confidencial.

Impacto en la imagen institucional

Aunque el error ya ha sido corregido, su aparición pone de nuevo el foco en la gestión de la imagen digital de la monarquía española. En un contexto donde la precisión protocolaria y la comunicación institucional impecable son clave, estos fallos, aunque aparentemente menores, afectan a la percepción de profesionalismo.

Como apuntan algunas fuentes, a ojos de quienes vigilan los detalles, esto es un síntoma claro de “desatención digital” en una institución de alta exposición pública.