¡Isabel Pantoja rompe con sus hijos para siempre! La dura decisión que afecta a Isa y Kiko

La vida de Isabel Pantoja da un giro tan radical como desgarrador. Según fuentes cercanas citadas en el programa TardeAR, la tonadillera ha tomado la decisión irreversible de eliminar a sus hijos, Kiko Rivera e Isa Pantoja, de su testamento, dejándolos fuera incluso de la parte legítima que por ley les correspondería.

La noticia, revelada por el promotor Roberto Martín, ha sacudido el panorama mediático. En su intervención, Martín no solo desveló una deuda de 30.000 euros que la cantante mantiene con él, sino que destapó el profundo rechazo de Isabel hacia su hija Isa, a quien, según sus palabras, considera “la peor decisión que había tomado en su vida”.

Lejos de tratarse de una reacción impulsiva, Pantoja se ha rodeado de un bufete de abogados expertos en derecho sucesorio que ya trabaja en una estrategia legal para anular cualquier posibilidad de herencia por parte de sus hijos. Según el entorno legal de la artista, se esgrimirán razones como el abandono emocional y la ruptura del vínculo familiar para justificar esta medida sin precedentes.

Ni la inminente maternidad de Isa, ni los problemas de salud de Alma, la hija de Anabel Pantoja, ni los tímidos acercamientos de Kiko Rivera, han cambiado su determinación. Isabel ha sellado su corazón y, con él, su legado familiar.

En paralelo, la artista ya planea su nueva vida en Miami, lejos de los conflictos y de sus hijos. Allí, piensa reinventarse como leyenda viva de la música, sin lugar para el pasado. A su lado solo quedará Agustín Pantoja, su hermano y figura clave en esta decisión, quien ha sido señalado como heredero universal.

Martín asegura que Isabel siente que le debe todo a Agustín, quien cuidó de Kiko tras la muerte de Paquirri. Y lanza una teoría demoledora: “A Isabel y a Agustín Pantoja solo les interesa el dinero. Las personas quedan en un segundo plano”.

Así, Isabel Pantoja firma la ruptura más cruel de su vida, dejando fuera del testamento a sus propios hijos y cerrando un capítulo familiar que parece no tener vuelta atrás.