La vida secreta de la reina Sofía: ovnis, extraterrestres y reuniones ocultas en Madrid
De su madre heredó la pasión por lo paranormal y, junto a su hermana Irene, alimentó durante años una fascinación por los misterios del universo
Cuando pensamos en la reina Sofía, suele venirnos a la mente su carácter discreto, su afición a la música clásica o su papel histórico como consorte de Juan Carlos I. Pero existe una faceta mucho menos conocida de la reina emérita: su profunda fascinación por los extraterrestres y lo paranormal, compartida con su inseparable hermana, la princesa Irene de Grecia.
Esta inclinación tiene raíces familiares. Su madre, la reina Federica de Grecia, aseguraba comunicarse con difuntos y creía firmemente en la existencia de hadas que regían el destino. De ella heredaron Sofía e Irene una curiosidad inquebrantable por lo desconocido.
El ovni que se “escapó” a Sofía
En 1978, durante un viaje oficial a China, varios periodistas que esperaban la llegada del avión real afirmaron ver una luz misteriosa en el cielo. Cuando se lo contaron a Sofía, ella reaccionó entusiasmada: “¡Qué suerte!”, convencida de que se trataba de un ovni, aunque otros atribuyeron el fenómeno a una nave soviética.
Reuniones secretas en hoteles madrileños
El interés de la reina emérita no se quedó en simples anécdotas. Según medios como Trendencias y Vanity Fair España, Sofía acudió durante años a encuentros semanales en un hotel del centro de Madrid. Allí se debatía sobre ovnis, civilizaciones perdidas y vida en otros planetas, en reuniones que incluso contaron con representantes de la NASA y con el astronauta Pedro Duque.
A menudo la acompañaba su hermana Irene, que además de su espiritualidad ligada al hinduismo y el budismo, compartía la fascinación por lo esotérico.
Las bromas de Juan Carlos I
Su marido, el rey emérito Juan Carlos, nunca compartió este entusiasmo. Tras un viaje a Perú en 1978, cuando Sofía se mostró emocionada al sobrevolar las Líneas de Nazca, los periodistas le regalaron una piedra con una supuesta inscripción alienígena. Juan Carlos reaccionó con sorna: “¿Sabes lo que pone, Sofi? ¡Bebe Coca-Cola, Sofi! ¡Bebe Coca-Cola!”.
Una afición que trasciende los palacios
Más allá de los protocolos y la vida en palacio, Sofía e Irene han mantenido siempre viva una pasión por los enigmas del universo. Un interés que les recuerda, como ellas mismas han transmitido en confidencias a su entorno, que “hay algo más por encima de nosotros” y que el misterio puede ser tan fascinante como la propia realeza.
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