“Assaig sobre la ceguesa”: la demoledora visión de Saramago sobre la sociedad humana (TNC)
Reseña teatral sobre una de las obras del Teatre Nacional de Catalunya
El Teatro Nacional de Cataluña (TNC) ha iniciado la temporada en su sala principal con un espectáculo ambicioso y complejo: la versión teatral de una de las más famosas novelas del escritor portugués José Saramago, Assaig sobre la ceguesa. Una obra que cabria considerar como anticipatoria, puesto que la propuesta argumental del autor, la expansión inesperada de una pandemia que afecta a la generalidad de la sociedad, ha resultado profética toda vez que acabamos de salir -cabe suponer- de una situación análoga que ha afectado a toda la humanidad y nos ha dejado abierta la perspectiva de un futuro peligrosamente encaminado hacia posibles repeticiones de este apocalíptico fenómeno. Pero tras este contexto narrativo hay mucho más porque Saramago lo utiliza como mera herramienta para fabular sobre hasta qué punto la aparición de una hecatombe de este tenor puede provocar la quiebra de todo el sistema de valores e ideas de la sociedad humana y desatar el surgimiento de las peores pulsiones cuando vemos peligrar nuestra propia supervivencia.
Si traducir en dramaturgia cualquier obra narrativa es un empeño complejo, mucho más aún resulta acometer tal empeño en una obra como la que nos ocupa, entre otras razones por cuanto el tiempo teatral es diferente al que exige la lectura sosegada de una novela como la de Saramago, que no admite precipitación, sino que exige mesura, comedimiento y reflexión. En este sentido, el trabajo que ha desarrollado Clàudia Cedó ha sido meritorio y el resultado sin duda excelente. Todo sea dicho no son manifestar una cierta extrañeza por la decisión de haber creado un texto teatral bilingüe, que ha conservado en parte la lengua original en que fue escrito -portugués- y en parte ha sido traducido al catalán. En nuestra modesta opinión y teniendo presente que el TNC dispone de una eficacísima herramienta de traducción simultánea, quizá hubiera sido preferible mantener en toda la obra el texto original y ofrecer la traducción en pantalla.
En un tiempo en que nos henos habituado a funciones teatrales de un máximo de 90 minutos (salvo en el caso de los musicales de gran formato), conseguir que el público asista impertérrito y atento a un espectáculo que dura casi tres horas y media (con veinte minutos de entreacto), constituye una exigencia que, sin embargo, en este caso concreto se asume sin dificultad gracias a la tensión constante del texto del autor luso, que la adaptadora ha conservado con fidelidad, así como, por supuesto, a la esforzada tarea de los catorce intérpretes, la mayor parte de los cuales han de hacer doblete y triplete interpretando sucesivamente diferentes personajes.
No habremos de escatimar méritos a Nuno Cardoso que ha dirigido esta función con tino, sabiendo resolver situaciones complejas y manteniendo la tensión de la narración. Lo mismo cabe decir de la escenografía de Ribeiro, cuya plasticidad contribuye a contextualizar la dureza del texto y permite llevarlo hasta momentos de máxima dureza, sobre todo en el primer acto (en el segundo acto, con el suelo alfombrado de desechos textiles, los intérpretes deben desenvolverse con prudencia para no tropezar o deslizarse inadvertidamente).
Desde el punto de vista estrictamente teatral Assaig sobre la ceguesa constituye una experiencia muy meritoria; pero además, y desde una perspectiva social, aporta un mensaje preocupante que enfrenta al espectador con sus propios demonios particulares y le invita a salir del teatro -pese al final feliz de la obra- no exento de interrogantes.
Escribe tu comentario