“No marques las horas”, una comedia romántica sobre la fuerza del amor (Sala On)

La oferta teatral barcelonesa y el número de salas en funcionamiento pone de relieve la vitalidad de la actividad escénica en nuestra ciudad al punto de no dejar de sorprendernos. Una circunstancia fortuita nos ha llevado a un pequeño teatro en pleno funcionamiento, pero del que no habíamos tenido conocimiento: la Sala On, situada en la calle de Nápoles 305, en donde, se ofrece un abanico de funciones de diversa temática y autoría. Pude descubrirla porque me había convocado a ella Sergio Cerdán, autor y director de la comedia dramática “No marques las horas” que, después de haber permanecido más de un mes en cartel y vista su aceptación, ha visto prorrogada su permanencia durante el mes de febrero.

Cerdán plantea la difícil coyuntura a la que se enfrenta una pareja cuando uno de sus componentes descubre accidentalmente que el otro ha contraído el VIH y que no le ha informado adecuadamente de esta circunstancia. El hecho se habría producido como consecuencia de una relación externa habida durante un tiempo en que los dos amantes decidieron concederse una pausa en su relación, lo que acaso hubiera debido atenuar el valor de la infidelidad, pero no sus consecuencias.

El autor y director aprovecha este punto de partida para analizar cómo una circunstancia sobrevenida de este tenor puede influir en la vida de pareja y desembocar, como sería fácil suponer, bien en un alejamiento, bien en una mera transigencia distanciada o sencillamente en la superación del bache, de modo que la supervivencia del amor contribuya a hacer posible la continuidad de la relación y el apoyo al más débil, tal cual parece colegirse de una escena final con evidente simbolismo.

Marc Codony y Ángel Gávila son los intérpretes de esta obra y se desenvuelven con soltura subrayando en cada momento el todo adecuado a la situación, que puede pasar de la ternura a la confrontación, del entendimiento al reproche, para alcanzar finalmente la aceptación con la exteriorización de un sentimiento profundo que no ha dejado de existir. La puesta en escena de “No marques las horas” cuenta también con algunos elementos audiovisuales y los oportunos efectos sonoros, por lo que bien puede decirse que Cerdán ha sabido sacar partido de las herramientas disponibles en la Sala para satisfacción de un público que sigue la peripecia dramática con interés y entusiasmo.