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El eje temático de la obra gira en torno a la crisis sufrida por su protagonista, una adolescente de dieciséis años -es un monólogo que incluye algún momento dialogado con interlocutor ausente- que reacciona con furia ante un hecho imprevisto
La Sala Fénix es un parvo espacio escénico con una programación casi siempre interesante, en la que tienen cabida propuestas novedosas que pretenden reflejar aspectos inéditos o poco tratados sobre los escenarios. Llega ahora la versión que Ana da Silva e Irene Pérez que han hecho de “Deseo de ser punk”, una novela generacional de Belén Gopegui que Anagrama publicó hace catorce años.
El eje temático de la obra gira en torno a la crisis sufrida por su protagonista, una adolescente de dieciséis años -es un monólogo que incluye algún momento dialogado con interlocutor ausente- que reacciona con furia ante un hecho imprevisto. Ello le lleva a entrar en un estado de crisis, inconformismo y rebeldía con el que trata de buscar su propia identidad que encuentra en el movimiento punk y en la música rock.
Ana da Silva no solo es autora de la idea y coautora de la dramaturgia, sino también la intérprete que, al estilo de los grandes actores de antaño, se dirige a sí misma, pero además colabora en la escenografía y el vestuario -ciertamente austeros ambos- y hasta en el componente audiovisual, que en esta función tiene su propia importancia (que reivindica, muy en la onda actual, con la recuperación de los vinilos), y hasta la producción y comunicación. En definitiva, un trabajo esforzado pero un poco al estilo de “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”, cuyo resultado dejamos al juicio de los espectadores.
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